Decíamos ayer que Pedro Sánchez intenta ahora, al menos, llevarse bien, educadamente, con el empresariado español que está de él hasta el gorro, aunque ni mucho menos tan cabreado como están las micropymes, los profesionales y los autónomos. Es igual, a efectos de propaganda, los pequeños, que son los realmente importantes, se guían por otros resortes. La imagen pública de Pedro Sánchez, y él lo sabe, no depende de los emprendedores: es una lástima pero depende de los grandes, que son los que crean opinión, aún en este mundo de redes sociales y periodismo popular.
Los banqueros piden dos cosas: que le permitan activar los tan pregonados como adormilados fondos europeos y, ante todo, que el Gobierno deje de utilizar políticamente a la banca. El Gobierno, a su vez, pide que sean más activos en la colocación de deuda pública española
En cualquier caso, Sánchez necesita blanquear su actualmente sucia figura ante la clase empresarial española, a la que lleva cinco años golpeando los tobillos.
Y todo esto viene a cuento de las reuniones que el nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo, con perdón, está manteniendo esta semana con los principales banqueros españoles. Ojo: con los presidentes, no con los CEOS. Así, se ha entrevistado con José Ignacio Goirigolzarri (Caixabank), Carlos Torres (BBVA), Santander, Sabadell, Kutxabank, Unicaja, Bankinter, y sigan ustedes contando.
Ojo: Rafael del Pino se ha convertido en un profeta para banqueros y grandes empresarios españoles. Y eso que su huída de España tampoco le ha reportado nada. Es que él no se marchó por dinero, se marchó porque no aguantaba a Sánchez
El tono ha sido bien distinto que con Nadia Calviño a la que los banqueros ya tenían muy calada: una vanidosa compulsiva que encima exigía adhesión inquebrantable a su enorme embuste de que la economía española va bien, cuando lo cierto es que la economía marcha fatal.
En cualquier caso, con estas reuniones, el nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo está recuperando el 'buen rollo' entre la banca y el gobierno. Al menos el buen tono, que no es poco. No es todo pero la buena educación nunca está de más.
Eso sí, el ministro de Economía, ojo, y nuevo rector de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, les ha dejado claro a los banqueros que mantendrá el impuestazo... porque anda canino de fondos, tras el panorama trágico que le ha dejado Nadia Calviño que ha huido a Europa antes que Europa se ponga seria con el déficit.
Los grandes industriales españoles no quieren ningún favor del Gobierno: quieren que les deje en paz. Pero los banqueros sí que viven pendientes del BOE
La banca, por su parte, pide dos cosas: que le permitan activar los tan pregonados como adormilados fondos europeos (un negocio que tiene pendientes 20.000 millones de euros), y, sobre todo, que el Gobierno deje de utilizar políticamente a la banca. El Gobierno, a su vez, pide que sean más activos en la colocación de deuda pública, porque si Sánchez se ha mantenido en el poder durante cinco años, a pesar de su ruinosa gestión, es porque nos ha endeudado a todos los españoles probablemente por dos generaciones. Con la subida de tipos, el apalancamiento español, que era preocupante, empieza a ser crítico.
Al tiempo, no debemos olvidar el síndrome Rafael del Pino, que se ha convertido en un profeta para banqueros y grandes empresarios españoles. Sí, el de Ferrovial preocupa más de lo que parece y está animando a todos a seguir su camino, que en Hispanidad hemos criticado y seguiremos criticando: señor del Pino, hay que estar en su patria a las duras y las maduras. Con el desastre Sánchez más que nunca.
Carlos Cuerpo, con perdón, es menos frívolo que Yolanda y menos vanidoso que Calviño
Además, la huída de España tampoco le ha reportado nada a él, salvo imagen. Pero, con todo, hay que reconocer que Rafael del Pino, no se marchó por dinero, se marchó porque no aguantaba a Sánchez. Si un banco, sólo uno, hiciera lo mismo, Moncloa temblaría.
Por su parte los grandes industriales españoles no quieren ningún favor del Gobierno: lo que quieren que les dejen en paz, como recordaba Ramón Aragonés, el CEO de NH. Pero los banqueros no son empresarios: ellos sí viven pendientes del BOE y les interesa mantener, al menos, un buen tono con el Gobierno. Carlos Cuerpo, con perdón, va por buen camino. ¿Con eso cambiará la realidad económica? No, pero al menos, don Carlos, sin perdón, resulta menos frívolo que la pedantísima Yolanda y menos vanidoso que la embustera Calviño. Alegarán ustedes que esos son dos títulos no muy difíciles de conseguir... pero esto pasa porque no son ustedes buena gente, claro está.