A Casa Tarradellas le han afectado los mayores costes de las materias primas y de la energía en 2022, pues redujo beneficio, pese a crecer en ingresos. Eso sí, “ha asumido el aumento de los costes para evitar una subida de precios y su correspondiente impacto en el consumidor”.
La compañía catalana de alimentación, con sede en Gurb (Barcelona), fue fundada en 1976 por Josep Tarradellas Arcarons (quien figura en la posición 97 en el listado ‘Los más ricos de 2023’ elaborado por El Mundo). Hoy es famosa por su fuet y sus pizzas, pero no ha repetido la gesta de 2022, cuando tuvo beneficio y ventas récord.
La inflación ha sido la responsable, pues ha supuesto mayores costes. Así, Casa Tarradellas ha visto reducido su beneficio, aunque no ha detallado la cifra, parece que ha sido inferior al de 2020 (26,8 millones de euros) y al de 2021 (27,1 millones). Por su parte, los ingresos han ascendido al récord de 1.161 millones, lo que supone un incremento del 8,5% y el mayor aumento desde 2011, gracias a la mejora en mercados internacionales y a la consolidación de los nuevos productos y de los tradicionales en España, así como a su alianza como proveedor de Mercadona.
El año pasado, la compañía catalana invirtió 32,6 millones en I+D, tecnología, innovación y sostenibilidad, y parte de ello se vio en el lanzamiento de pizzas de fermentación lenta. De cara a 2023, prevé destinar el beneficio de 2022 “a capitalizar la empresa y a nuevas inversiones en tecnología e I+D que aseguren la competitividad a medio y largo plazo”. Esto ya se puede ver, en la apuesta por el autoconsumo energético (ha puesto en marcha dos parques solares fotovoltaicos en sus instalaciones de Olost y Gurb, de 53.000 metros cuadrados, y quiere llegar a 200.000 metros cuadrados a final de año), a la que se sumará el lanzamiento de nuevos productos y la construcción de un nuevo centro de producción de harina.