El chantaje de Alcoa a España continúa, lamentablemente, y encima en un contexto en el que al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le gustan mucho más las multinacionales extranjeras que las empresas españolas, y la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, prefiere verse con ecologistas y cargar contra las energéticas, justo cuando debe afrontar más inversión en redes, por ejemplo. Alcoa pide más ayudas públicas al Ministerio de Industria y Turismo que ahora lidera Jordi Hereu, para reiniciar la electrólisis en la planta de San Ciprián, la única que le queda en España y está situada en Cervo (Lugo).
Al mayor productor estadounidense de aluminio le gusta mucho más recibir dinero de las arcas del Estado español que ponerlo de su bolsillo, por supuesto. Ahora quiere más ayudas, tras frenar la mayoría de las inversiones necesarias para reactivar la producción de aluminio primario en la planta lucense, que se comprometió a comenzar en enero de 2024. Un freno que intenta justificar, según informa El Economista, aludiendo a: los precios de la energía; la menor demanda de aluminio en Europa; el hecho de no percibir avances en los contratos de compraventa de energía a largo plazo (los llamados PPAs) firmados con varias energéticas (Endesa, Greenalia y Capital Energy) por temas administrativos, pues ya saben que la burocracia en España va muy lenta y se nota, por ejemplo, en la tramitación de los proyectos, como ha criticado recientemente Loreto Ordóñez, CEO de Engie España; y también en las pérdidas. Estas últimas han sido usadas como justificación en demasiadas ocasiones por parte de Alcoa, entre ellas, para detener la electrólisis y para dilatar su vuelta. Ahora subraya que acumula pérdidas de 700 millones de euros desde el año del Covid-19 (2020) y que sumará otras de 200 millones el año próximo, ¿y? También debería dar la cifra de cuántos millones en ayudas públicas ha recibido...
Este contexto de números rojos ha sido explicado por el productor de aluminio a su plantilla el pasado jueves 14 y un día después lo expuso en su reunión con el Ministerio de Industria y la Xunta de Galicia, según El Economista. No ha acudido el nuevo ministro, Hereu (el ex alcalde de Barcelona es parte de la cuota PSC del nuevo Ejecutivo Sánchez y ha ascendido a ministro desde la presidencia de Hispasat), sino la secretaria de Estado de Industria, la socialista valenciana Rebeca Torró, quien formó parte del último gobierno autonómico de Ximo Puig como consejera de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad. Alcoa aspira no sólo a recibir más ayudas públicas… ante sus pérdidas, sino también a poder modificar el plan de rearranque original de la electrólisis de San Ciprián. Recuerden que dicho plan contemplaba que el reinicio de la producción de aluminio primario empezara el próximo enero y llegara a la normalidad para la segunda mitad del año, pero la multinacional estadounidense lleva muchos meses proponiendo dilatar la reanudación al 100% hasta octubre de 2025, o sea, ¡21 meses! Eso sí, manteniendo empleos... a cambio de paz social.
Prosigue el chantaje... y parece que tendrá efecto, porque Torró ha señalado que “hay margen” para ayudar a Alcoa “tanto con las inversiones como con los problemas de financiación que pueda tener”, en declaraciones ante los medios de comunicación previas al encuentro con la multinacional y con la Xunta. Tras dicha reunión, Torró ha subrayado que el Gobierno “está trazando una hoja de ruta para avanzar en beneficio de la industria de Galicia y abordar soluciones que permitan cumplir con los compromisos adquiridos por parte de Alcoa”. La cita ha tenido lugar en Madrid y también ha contado con la presencia del oresidente del comité de empresa de San Ciprián, José Antonio Zan, quien ha afirmado que “es curioso que a todo el mundo, o a gran parte de los trabajadores, les regalen por estas fechas una cesta de Navidad. El regalo que nos han dado a nosotros en los últimos años es un disgusto tras otro”, y “tener a toda A Mariña en vilo durante las fiestas”, en declaraciones a la Agencia EFE.
Tampoco hay que olvidar que la multinacional estadounidense no sólo se ríe de España con la petición de más y más ayudas públicas, sino que hace poco más de un mes ha eliminado la presidencia de su filial, un cargo que ocupaba Miguel López-Quesada desde el pasado enero. Ahora la filial depende en parte de Álvaro Dorado, quien dejó la citada presidencia en manos de López-Quesada para ascender a vicepresidente global de Energía de Alcoa, y Veronica Doig, vicepresidenta de Operaciones de la multinacional.
La eliminación de la presidencia de Alcoa España se enmarca en la reestructuración global del mayor producto de aluminio, donde a finales de septiembre William Oplinger relevó a Roy Harvey como presidente y CEO. Esto último no está suponiendo en la actitud en nuestro país, porque Oplinger considera que en la planta de San Ciprián “la situación ha sido y sigue siendo muy difícil”, y a nivel mundial se mantienen las pérdidas, que encima han aumentado en el tercer trimestre. Por tanto, continúa el chantaje... a la búsqueda de más dinero de todos los españoles.