El Ibex 35 cierra con subidas del 1,08%, liderando las ganancias del resto de los índices europeos, hasta los 9.014 puntos. Mientras, las acciones de Adolfo Domínguez han bajado un 2,3% hasta los 4,9 euros por título.
Recta final del año para la Bolsa que, históricamente, suelen ser los meses más rentables, no sólo para los inversores el uso, sino también para aquellos buscadores de gangas y de oportunidades que ofrecen los chicharros, especialmente en el Mercado Continuo.
Los chicharros son acciones de una compañía de pequeña capitalización y que tienen poca liquidez en el mercado. Además, en muchas ocasiones, la compañía ha tenido problemas en el pasado y por tanto se encuentran muy baratas. Un escenario especialmente atractivo para determinado tipo de inversores con cierta pasión por el riesgo.
Podría ser el caso de Adolfo Domínguez, aunque bien es cierto que los expertos no se ponen de acuerdo si, en este momento, se puede considerar a la empresa como un chicharro en toda regla.
Su cotización coquetea con los 5 euros, por arriba y por abajo, desde hace semanas, con una alta volatilidad que explica la rápida entrada y salida de los inversores.
Los últimos números de la compañía se traducían en Bolsa en un ciclo de descensos constantes desde máximos del año que tocaba a primeros de julio en los 6,80 euros
La que ha sufrido y sigue sufriendo es su capitalización bursátil. Actualmente es de 47,3 millones, muy lejos de los 65,6 de 2019. Bien es cierto que, desde 2021, año en el que tocó mínimos de los últimos 5 años (35,2 millones), y 2022, se ha ido recuperando paulatinamente.
A comienzos de 2023 la propia compañía se felicitaba porque había conseguido su mejor ebitda en 13 años y, avistaba de la ‘salida del pozo’ tras convivir con las constantes pérdidas, frecuentes reestructuraciones y bandazos en el modelo de negocio.
Hay que recordar que, en mayo de 2020, Adolfo Domínguez, decidió abandonar la presidencia de la empresa que él mismo fundó hace ahora 31 años, y pasar el testigo a su hija Adriana, que ocupó los cargos de CEO y presidenta. En mayo de 2022, la junta de accionistas daba el visto bueno al nombramiento del actual director general, Antonio Puente, como consejero ejecutivo y consejero delegado
La firma de moda gallega rubricaba el año fiscal 2022, (que cerró el 28 de febrero), con ganancias de 158.000 euros. “Hemos terminado un buen año, hemos vuelto a beneficios y estamos creciendo a un buen ritmo de ventas tanto en España como en internacional y en online”, explicaba en ese momento Antonio Puente
Pero, Domínguez ha vuelto a tropezar y esta vez, a pesar de que las ventas del grupo crecían un 13,5%, de marzo a mayo, y en todos los mercados en los que tiene presencia.
Las pérdidas han sumado los 3,5 millones, frente a 2,1 que registró hace un año. Por su parte, el (ebitda), que mide la rentabilidad de una compañía, ha pasado de 900.000 euros a 400.000 euros., descenso algo superior al 50%.
¿La razón?... pues su apuesta por optimizar la operativa logística, la digitalización y la puesta en marcha de nuevas plataformas para una mayor interacción con su cartera de clientes. Entre estas últimas destaca el lanzamiento del ecosistema ADN, un espacio interactivo que incluye un nuevo club de fidelización para clientes, la posibilidad de vivir los desfiles inmersivos de la firma online, o la venta en streaming a través de la tecnología social live shopping, tal y como explicamos en Hispanidad.
A pesar del tropiezo, el grupo textil gallego ha abierto una tienda nueva por semana y que ya tiene 347, de las cuales el 58% se encuentran fuera de España.
Los últimos números de la compañía se traducían en Bolsa en un clico de descensos constantes desde máximos del año que tocaba a primeros de julio en los 6,80 euros, hasta los 4,9 en los que cotiza a día de hoy.
La salida a bolsa de Adolfo Domínguez superó todas las expectativas. La primera cotización fue de 7.000 pesetas, unos 42 euros, con una revalorización del 132,79%
Nada que ver con los niveles que alcanzó en su salida a Bolsa. La historia de la empresa en el parqué se remonta a 1997, cuando su lema ‘La arruga es bella’, rompía mercados. Los más talluditos recordarán que los productores de la serie Corrupción en Miami quisieron que sus protagonistas lucieran la ropa de Adolfo Domínguez, rompiendo los esquemas de la vestimenta que hasta entonces llevaban los detectives de las series de televisión: se pasó de la gabardina y el sombrero, al traje de lino con camiseta.
La salida a bolsa de Adolfo Domínguez superó todas las expectativas. La primera cotización fue de 7.000 pesetas, unos 42 euros, con una revalorización del 132,79%. Los títulos cerraron su sesión inaugural en las 5.950 pesetas, 35,6 euros.
El grupo textil gallego tiene sus orígenes en 1950, en un taller familiar de sastrería de Orense denominado ‘El faro’. Se constituyó como empresa el 9 de julio de 1981. Actualmente, tiene como primer accionista a Adolfo Domínguez Fernández (73 años), con un 31,514%) y le siguen: la empresa familiar de moda y fragancias Puig, con un 14,801%; Libertas 7, el grupo empresarial valenciano de la familia Noguera, con un 10,287%; Indumenta Pueri, el holding familiar de los hermanos Domínguez de la Maza que son dueños de la marca de ropa infantil Mayoral, con un 8,547%; la aseguradora La Previsión Mallorquina de Seguros, con un 7,557%; y la gestora de fondos Euroagentes a través de Solventis, con un 3,234%.
Los más talluditos recordarán que los productores de la serie Corrupción en Miami quisieron que sus protagonistas lucieran la ropa de Adolfo Domínguez, rompiendo los esquemas de la vestimenta que hasta entonces llevaban los detectives de las series de televisión: se pasó de la gabardina y el sombrero, al traje de lino con camiseta
El estallido de la crisis económica de 2008 cogió a Adolfo Domínguez con el pie cambiado, especialmente por la excesiva dependencia del mercado local. En el primer trimestre de 2009 la empresa entró en números rojos, en los que lleva inmersa, con mejores y peores etapas, hasta día de hoy.
Adolfo Domínguez, 73 años, nacido en A Pobra de Trives (Orense), es uno de los diseñadores españoles más reconocido fuera y dentro de nuestro país, una de las razones por las que ahora la Diputación de Orense acaba de otorgarle el Premio Ourensanía 2023.
A comienzos de 2023 la propia compañía se felicitaba porque había conseguido su mejor ebitda en 13 años
Su vinculación con la moda le viene de familia, porque su padre era sastre, pero la idea que él tenía de la ‘moda’, se gestó tras un viaje a Inglaterra.
Al volver a Orense, levantó la empresa que lleva su nombre en la sastrería familiar, la primera piedra de una compañía que apostó por la expansión nacional pero también por la internacional lo que le llevó a ser la primera empresa creada por un diseñador español en salir a Bolsa.
Tras impulsar el relevo generacional, en la actualidad apoya desde el consejo de administración la transformación de la compañía, liderada por su hija mayor, Adriana Domínguez.