Joan Amigo y León Negro (Leon Black). ¿Quiénes son? y… ¿qué tienen en común? Pues, el primero es el consejero delegado de Applus+, compañía especializada en servicios de certificación y la inspección técnica de vehículos (ITV), y, el segundo, es el artífice de Appollo, fondo estadounidense que se encuentra entre los más especulativos del mundo.
Ambos tienen en común a Applus+ ya que, el vehículo de Black, controla el 21,8% de la compañía.
¿Son antagónicos? ¿Están enfrentados? Pues depende de cómo se mire. El primero debe decidir (con la bendición de la CNMV y la aceptación del 75% del capital) sobre si se inclina por la OPA presentada por el fondo estadounidense (porque resulta que Applus tiene, de momento, un novio más, como contaremos), y el segundo, se frota las manos solo de pensar que puede controlar una empresa que, a su vez, tiene el control del negocio de las ITV en España.
El de las ITV es un negocio cautivo creado a golpe de BOE. Un negocio que se privatizó en 1997 y en algunas ocasiones recayó en amigos o afines a los diferentes gobiernos.
En 2014, Apollo Global Management compró al Banco Santander, el 85 % de la inmobiliaria Altamira. En este caso, y en 2018, Apollo vendía al grupo italiano DoBank, su participación en Altamira tras refinanciarla y tasarla en 1.200 millones.
Apollo es uno de los fondos más especulativos del planeta, cuyo fundador, Leon Black, inventó el ‘loan to own’, esto es, comprar deuda de una empresa para luego forzar a esa empresa a renegociar la deuda, siempre al alza, naturalmente.
Si la compañía lograba pagar la deuda, ganaba Black y, si no lo conseguía, también ganaba Black porque se quedaba con la empresa para luego trocearla siguiendo el principio de que las partes valen más que el todo.
Apollo fue en su día dueño de Evo Bank. Cuando lo compró, lo hizo bajo la promesa de no reducir plantilla y a los pocos meses inició el primero de los varios EREs que ejecutó antes de venderlo. Apollo, conviene recordar, nunca crea empresa.
Además, Apollo Global Management ha protagonizado otros movimientos en España. En 2011 compró a Bank of America su división de tarjetas de crédito en España, MBNA, por 400 millones de euros.
Un año después, en 2012, con la cartera de préstamos personales al consumo en España de Citigroup
En 2013 adquirió la financiera Finanmadrid a Bankia (ahora CaixaBank) por 1,6 millones de euros.
En 2014 compró al Banco Santander, el 85 % de la inmobiliaria Altamira. En este caso, y en 2018, Apollo vendía al grupo italiano DoBank, su participación en Altamira tras refinanciarla y tasarla en 1.200 millones.
Ahora, Apollo pugna por hacerse con el control de Applus. A principios de año daba otra vuelta de tuerca al culebrón de opas y contraopas (con más de año y medio de historia), al elevar el precio de su oferta pública de 9,5 a 10,65 euros por acción, muy por encima de los 9,75 euros planteados, en ese momento, por el consorcio de I Squared (fondo estadounidense) y TDR (fondo británico), a través de su vehículo inversor Amber Equityco.
Applus+ ha comunicado a la CNMV que su beneficio neto 2023 fue de 20,2 millones de euros, un 58,5% menos en comparación con el año anterior. Los ingresos del grupo alcanzan los 2.060 millones de euros en 2023, un 0,4% más que en 2022
Pero, tres semanas después, I Squared y TDR, contraatacaba y subían su oferta a 11 euros.
La opa de Apollo había sido autorizada el 17 de enero por la CNMV que acaba de admitir a trámite la oferta de Amber
Mientras tanto, la cotización de Applus saca rédito a la batalla. En lo que va de año, sus acciones se revalorizan un 13,6% y, a 12 meses vista, se han disparado más de un 70%.
Los títulos se negocian hoy en los 11,4 euros.
Así que, y en medio de esta guerra de Opas y contraopas, Applus+ ha comunicado hoy a la CNMV que su beneficio neto 2023 fue de 20,2 millones de euros, lo que representa una caída del 58,5% en comparación con el año anterior. A pesar de esto, los ingresos del grupo alcanzan los 2.060 millones de euros en 2023, un 0,4% más que en 2022, cuando ascendieron a 2.049,9 millones de euros, y un 8,4% superiores a los 1.898,5 millones de ingresos proforma registrados en el ejercicio precedente
La empresa justifica la caída del beneficio neto por “deterioros”, (25 millones de euros), y por el resultado financiero negativo de 41, 9 millones frente los 37,7 (también negativos) de 2022
Applus, grupo de origen catalán, está en manos de un sinfín de fondos internacionales y de algunas entidades financieras.
La cotización de Applus saca rédito a la batalla de opas. En lo que va de año, sus acciones se revalorizan un 13,6% y, a 12 meses vista, se han disparado más de un 70%
Además de Apollo, tiene como principales accionistas a Southeastern Asset Management (gestor de fondos estadounidense), con el 11,38%; The Goldman Sachs Group, INC, con el 7,6%; Jefferies Financial Group INC (gestor de activos estadounidense), con el 4,3%; DWS (gestor de activos alemán), con el 4,18%; el Banco Santander, con el 3,7 %);, o el Samson Rock Capital (denominado por los expertos como ‘fondo caza opas), con el 1,2%
La actividad de Applus se desarrolla en cuatro divisiones: Energía e Industria, Automoción, Laboratorios e IDIADA, esta última también en el mundo del motor
Más del 50 % de sus ingresos provienen del negocio de Energía e Industria,
Por detrás se sitúa el negocio de Automoción, que concentra cerca del 20 % de los ingresos, y que concentra básicamente servicios de ITV, seguridad y emisiones.
El resto de los ingresos proceden de IDIADA, (siglas en catalán del antiguo Instituto de Investigación Automotriz Aplicada), del que la Generalitat cuenta con el 20 % y Applus el 80 % restante, la compañía presta sus servicios a las compañías automovilísticas, y de la división de Laboratorios.