Berkeley Energía siguió a rajatabla el guión que marca los bandazos a los que nos tiene acostumbrados su cotización. Sus títulos se desplomaban un 7,5% tras conocerse a primera hora de la mañana del jueves 9 de noviembre que el PSOE y Junts habían alcanzado un acuerdo.
Transcurría la jornada y la compañía seguía encabezando las caídas en el Mercado Continuo, una sesión que rubricó con descensos del 5,7% hasta los 0,21 euros.
Vamos a refrescar la memoria. La compañía es filial de la australiana Berkeley Energy, que cotiza en Londres y en Sidney, y que es dueña del proyecto de la mina de uranio en Retortillo (Salamanca) que paralizó la vicepresidenta Teresa Ribera, (con la que mantiene un conflicto abierto e interminable), con la excusa de que no encajaba en los postulados de la Ley de cambio climático.
El perfil especulativo Berkeley Energía justifica estos vaivenes del valor que recordemos, se desplomó un 38% tras conocerse los resultados de las elecciones generales del pasado 24 de julio
Una paralización que ha llegado a los tribunales, cuando Berkeley denunció al Gobierno Sánchez y presentó un recurso contencioso-administrativo ante la Audiencia Nacional el pasado abril.
En este contexto de enfrentamientos constantes y de incertidumbre sobre lo que ocurrirá finalmente con la explotación, Berkely siempre ha presentado una especial sensibilidad política y reacciona a todo lo que tiene que ver, en este caso, con la reedición de un Ejecutivo liderado por el PSOE
Un nuevo Gobierno Frankenstein, en esta ocasión de alto voltaje, que echa por tierra las expectativas de los inversores sobre un posible giro a favor de que la empresa pudiera comenzar a desarrollar su proyecto.
Además, el perfil especulativo justifica estos vaivenes del valor que recordemos, se desplomó un 38% tras conocerse los resultados de las elecciones generales del pasado 24 de julio, igual que celebró la victoria del PP en las elecciones municipales y autonómicas del pasado mes de mayo con subidas del 20%.
Al frente de la empresa está Francisco Bellón, actual presidente, un ingeniero de minas que ha ocupado cargos en Rio Narcea Gold Mines, Lundin Mining, Endesa y Duro Felguera, y que se incorporó a la Berkely en 2011 como director general de Operaciones.
Bellón ha asumido, en primera persona, el enfrentamiento con Teresa Ribera y encabeza el activismo de la compañía por defender la viabilidad de su proyecto.
La australiana Berkeley Energy se describe a sí misma como una compañía “con gran experiencia en energía renovable e ingeniería energética, construcción e inversión en mercados en desarrollo
Por ejemplo, siempre ha denunciado la incongruencia española en materia energética, y ha utilizado el “sí” que ha dado el Gobierno en Europa a las nucleares para pedir el desbloqueo de la mina de Retortillo.
España, que ejerce la presidencia de turno de la UE, se ha sumado a los postulados que defienden a la energía nuclear como estratégica para la descarbonización, a pesar de que el Ejecutivo mantiene su calendario de cierre de las centrales nucleares en territorio nacional. Un cierre efectivo entre 2027 y 2035 por el que se mantiene, además, paralizado el proyecto que Berkeley tiene en la localidad salmantina.
Estos terrenos, según explica Francisco Bellón, y según cálculos de la propia compañía “disponen del uranio para cubrir la demanda de las centrales nucleares españolas en los próximos 20 años…y no depender de las importaciones procedentes de Rusia y de otros países cuya fiabilidad jurídica cuestionable”.
La historia de esta compañía, de su matriz australiana concretamente Berkeley Energy, comienza en el año 2007, cuando se funda, (según consta en la escasa y enrevesada información que se desprende de su web), curiosamente al mismo tiempo que comienzan los estudios sobre la viabilidad de explotar la mina de uranio en los terrenos de Retortillo.
Más del 90% de su capital está está en los mercados y bajo el control de tres fondos con sede en EEUU: Global X Uranium ETF (4,37%), North Shore Global Uranium Mining ETF (2,50%) y DFA Asia Pacific Small Company Series (0,01%).
Berkeley Energy se describe a sí misma como una compañía “con gran experiencia en energía renovable e ingeniería energética, construcción e inversión en mercados en desarrollo”.
Francisco Bellón ha asumido, en primera persona, el enfrentamiento con Teresa Ribera y encabeza el activismo de la compañía por defender la viabilidad de su proyecto
Tiene oficinas en Londres, Singapur, Nairobi, Mauricio, Delhi y Manila y sus proyectos están enfocados, principalmente, a la energía solar fotovoltaica.
Sin embargo, parte de su operativa está enfocada en la exploración y desarrollo de minerales y tiene como objetivo prioritario, la explotación de mina de la localidad salmantina en la que tenía prevista una inversión de unos 250 millones de euros y la creación de unos 450 empleos, y hasta 2.000 puestos de trabajo indirecto.
Berkeley Energy creó 'Berkeley Energía', para poder centrarse en el desarrollo de este proyecto. En 2018, concretamente el 18 de julio, dio el salto al mercado bursátil español con una subida del 51%. Sus títulos cerraron su primera jornada en el parqué con un valor de 0,72 euros.