Castigo rotundo el que sufre la cotización de Naturgy desde que Taqa y Criteria rompieran negociaciones para comprar, a CVC y GIP, la parte del capital que controlan en la energética, hace ahora un par de semanas.
La acción se hundió esa jornada un 15% y sigue sin levantar cabeza. Se ha dejado por el camino cerca de un 17%, algo más de cuatro euros por acción, y ha pasado de los 24,86 euros que valía el pasado 10 junio cuando se supo la noticia, a los 20,76 euros actuales.
“La penalización ha sido excesiva tras el fracaso de la opa de Taqa”, señala los analistas de Bankinter que siguen confiando en la empresa…”la rentabilidad por dividendo es alta (cerca del 7%) y los múltiplos de valoración atractivos”, así que, “Naturgy nos parece una oportunidad de compra”.
No hay mal que por bien no venga, entonces, porque la compañía que preside Francisco Reynés se encuentra en la actualidad en un nivel similar al día anterior en el que saltaron los rumores de OPA (12 de abril). “En este mismo periodo el Ibex ha subido un 5%, el precio del gas un 12%, y otras utilities entre 10% (Endesa) y 8% (Iberdrola). Es previsible esperar que corrija este gap de evolución relativa en próximas sesiones”, explican los expertos de la entidad.
GIP entró en Naturgy en 2016 y CVC en 2017 y ya han cubierto, con creces, el periodo habitual de maduración que suelen aplicar estos fondos a sus inversiones para rotar activos
El precio objetivo estimado es de 23,60 euros por acción, más bajo que el establecido por el consenso del mercado y que recoge Bloomberg: 24,05 euros con un potencial alcista durante los próximos meses del 15% que no sería suficiente para borrar las pérdidas que la compañía arrastra desde el inicio del año superiores al 23%.
Su capitalización pierde en este semestre 6.200 millones y se coloca por debajo de los 20.000.
Y aunque la causa de todo esto hay que buscarla, en parte, y según Joaquín Robles de XTB en la caída de los precios energéticos y los altos tipos de interés, la mayor debilidad Naturgy ha sido la incertidumbre relacionada con su accionariado. “Los cuatro principales accionistas poseen más del 80% de las acciones, esto ha provocado que el capital flotante de la compañía cayera hasta el 12%, lo que supuso su exclusión de índices globales como el MSCI World. Además, esta circunstancia puede generar una menor liquidez, lo que se traduce en una mayor volatilidad. También afectan las desavenencias entre la dirección que están retrasando el cumplimiento de su plan estratégico y ha paralizado su proyecto Géminis que tenía como objetivo dividir la compañía entre las infraestructuras reguladas y los negocios liberalizados”.
Aspectos negativos que también destacan desde Bankinter, cuyo equipo de análisis pone el foco en el fracaso del Opa y la incertidumbre que rodea a la operación.
Tras casi dos meses de negociaciones, Taqa se retiraba de la oferta conjunta con Criteria sobre Naturgy. Tres factores obstaculizaron la compra: el precio ya que, en las negociaciones con CVC y GIP, se barajaba una horquilla de entre 25 y 30 euros por acción, con una probabilidad muy alta de que quedara en un punto intermedio, en el entorno de los 27 euros. Pero, al parecer, los vendedores exigían que no se descontase el dividendo del precio de la opa si la tramitación de la operación se prolongaba durante meses.
El segundo factor en contra fueron los detalles del acuerdo de cogestión con Caixa, es decir, el denominado pacto parasocial de gobierno corporativo por el que Taqa exigía un mayor control sobre Naturgy.
El tercer factor, y último, han sido las posibles derivas geopolíticas de la entrada de Taqa en el accionariado. “Se veía como una potencial fuente de tensiones, dado que el principal proveedor de la gasista española es Argelia, país que mantiene diferencias sustanciales con el régimen saudí”, apuntan los expertos consultados.
La capitalización de la compañía pierde en este semestre 6.200 millones y se coloca por debajo de los 20.000
Y, ¿qué puede pasar ahora? “De momento”, opinan los analistas de la entidad naranja, “BlackRock se ha mostrado dispuesto a seguir con el proceso de venta cuando aparezca una nueva oportunidad. BlackRock está en proceso de adquisición y fusión con el fondo GIP (Global Infrastructure Partners)".
GIP es uno de los tres mayores accionistas de Naturgy. Criteria (Fundación Caixa) es el primero y tiene el 26,708%, le sigue el fondo CVC que controla el 20,7% del capital a través de la sociedad Rioja (compartida con Corporación Financiera Alba, es decir, con la familia March); tras CVC, hasta hace poco estaba el fondo de infraestructuras estadounidense Global Infraestructure Partners (GIP) con un 20,6%, que ha sido comprado por BlackRock, que, a la sazón, tenía un 0,92% de la energética: así, el fondo colonizador del Ibex que surgió en 1988 y dirige Larry Fink eleva su participación al 21,52%; le sigue el fondo australiano IFM, con un 15,010% del capital y con Jaime Siles llevando sus riendas en España.
IFM lanzó una opa el 26 de enero de 2021 pero fracasó en sus aspiraciones. Ahora, parece que ha vuelto a la carga y maniobra con la posibilidad de hacerse con el control de Naturgy. Además, se muestra dispuesto a colaborar con Criteria para rediseñar la energética y reordenar su accionariado.
La mayor debilidad Naturgy es la incertidumbre sobre su accionariado. Los cuatro de referencia poseen más del 80% de las títulos y esto ha provocado que el capital flotante de la compañía cayera hasta el 12%
No hay que olvidar que cuenta con el apoyo del Gobierno, en concreto, de la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.
Volviendo a los accionistas, GIP entró en Naturgy en 2016 y CVC en 2017 y ya han cubierto, con creces, el periodo habitual de maduración que suelen aplicar estos fondos a sus inversiones para rotar activos. Ambos están a la espera de que se abra una nueva oportunidad para… salir pitando. El precio al que estaban dispuestos a vender (muy superior al que actualmente tiene Naturgy), se situaba en el entorno de los 27,00 euros por acción.
Criteria, por su parte, ha declarado que seguirá explorando otras opciones al margen de Taqa, con un objetivo a largo plazo de crecimiento.” No es descartable”, apuntan desde Bankinter, “que busque otro socio y que, como principal accionista, impulse la realización de un nuevo Plan Estratégico”.