El Ibex suma su tercera sesión en negativo. Se deja un 0,88% y partirá mañana desde los 10.816 puntos. Las acciones de Merlin Properties suben un 1,2% hasta los 9,8 euros
Queda un mes para que se celebre la Junta de accionistas de Merlin Properties. Será, en concreto, el próximo 9 de mayo y en ella se someterá a votación la renovación del consejero delegado, Ismael Clemente. Eso sí, en un entorno mucho más calmado tras el enfrentamiento de hace un par de años, con el principal accionista de la socimi, el Banco Santander.
Junto a Clemente, también se renovará a otros consejeros, como en el caso del consejero ejecutivo y director general corporativo, Miguel Ollero.
Además, Merlin Properties propondrá la aprobación de un dividendo adicional de 0,23 euros por acción, lo que supone repartir 108,8 millones por este concepto con cargo a los resultados de 2023.
Mientras tanto, seguimos conociendo detalles (sin confirmar por la compañía) sobre esa posible ampliación de capital por 1.000 millones de euros que quiere cerrar este año la sociedad de inversión que busca el 'apoyo’ de un socio para dar el impulso definitivo a su apuesta por los data center.
Estamos ante una operación endiablada, que tiene varias vertientes y opciones abiertas, y que es difícil de encajar entre los diferentes actores que, previsiblemente, van a protagonizarla.
Merlin quiere ser el líder de este sector en España, porque está siendo pionero en su desarrollo, y quiere consolidar su posición a largo plazo como el principal player
“No hay confirmación por parte de la compañía, pero una ampliación supondría aumentar los recursos propios ante el actual entorno de tipos de interés altos. La dificultad para estabilizar la inflación ha enfriado las expectativas sobre los siguientes recortes, por lo que los tipos de interés podrían mantenerse altos por más tiempo de lo previsto. Esta operación podría ayudar a financiar nuevos proyectos, incluso, a mejorar la solvencia”, explica Joaquín Robles, analista de .XTB
Efectivamente, a día de hoy, Merlin guarda silencio. No obstante, lo que se ha comentado oficialmente en alguna comparecencia ante los medios (léase presentación de resultados) es que la socimi necesita capital para impulsar el desarrollo de la división de centros de datos. Pero, no para la parte más incipiente que está en los planes estratégicos a corto y medio plazo, que ya está en marcha porque se han abierto los primeros centros, sino para dar potencial de crecimiento a futuro al segmento de datos que exige unos niveles de inversión que la compañía, ahora mismo, no podría acometer.
Lo que está claro es que Merlin quiere posicionarse como líder de este sector en España porque está siendo pionero en su desarrollo y quiere consolidar su posición a largo plazo como el principal player. Y para eso necesita una inversión que, a largo plazo, se elevaría hasta los 2.000 millones.
Así que, la pregunta que se hace Clemente y equipo directivo es ¿de dónde y cómo vamos a conseguir semejante dineral?
La fórmula no está clara. Merlin no ha optado todavía por una ampliación de capital o por la entrada de un socio, lo único que hay son especulaciones. “Puede ser una ampliación de capital al uso, puede ser una ampliación de capital sin derechos (sin suscripción preferente) para dar la entrada a un socio, este hipotético socio podría tener interés sólo por la filial de centros de datos…, es decir, que hay un sin fin de opciones sobre el tablero”, señala Javier Díaz, analista senior de Renta 4
Con lo que sí hay que contar es con la dilución que sufrirían los accionistas si se plantea una ampliación sin derechos para el minoritario, sin derechos de suscripción preferente.
Merlin no ha optado todavía por una ampliación de capital o por la entrada de un socio. La forma de proceder para levantar esos 1.000 millones con la cotización a un 40% de descuento sobre el valor de los activos, es muy complicada
“Esta dilución sería, en un principio, en pos de una revalorización futura, de una ampliación de valor futura por el desarrollo de los data center pero…en un primer momento se verían muy perjudicados”, explica Díaz
Merlin también pudiera plantearse una ampliación con derechos y que el dinero lo pusieran los actuales accionistas. Pero, la socimi tiene un valor liquidativo de 15/16 euros (el valor liquidativo de una empresa es el que tendría en el caso hipotético de liquidación), y “lo lógico”, argumenta Díaz, “es no ampliar capital por debajo del valor que el mercado da a tus activos. La acción cotiza a día de hoy en los 9-10 euros. Esto te daría muy mala imagen. La forma de proceder para levantar esos 1.000 millones con la cotización a un 40% de descuento sobre el valor de los activos es muy complicada”.
Pudiera ocurrir, además, que el hipotético socio estuviera únicamente interesado en el nuevo nicho de mercado que abre el negocio del data center, y no en financiar el resto de divisiones como centros comerciales, oficinas o inmobiliario
Pero, posiblemente Merlin, argumentando que los centros de datos van a suponer buena parte del ebitda, eso sí, de aquí a unos cuantos años, le pediría al nuevo partner ayuda para crecer y consolidar la posición del resto de negocios
Hay muchos intereses cruzados: los de los minoritarios, el del futurible socio, los intereses del equipo gestor y… cruzar todo esto, es una tarea bastante complicada.
Lo que está claro, es que sea cuál sea la fórmula que elija Clemente no será satisfactoria para todas las partes.
Estamos ante una operación endiablada, que tiene varias vertientes y opciones abiertas, y que es difícil de encajar entre los diferentes actores que, previsiblemente, van a protagonizarla
De momento, lo que se conoce, son los nombres de los dos bancos que han contratado como asesores: Morgan Stanley y JPMorgan, pero no hay ningún nombre que se perfile como potencial inversor.
Lo que sí parece estar claro es que, por sus características y su agresiva estrategia de inversión, son los fondos de capital riesgo los más adecuados.
Se habla, por ejemplo, el fondo Saudi Telecom Company que ha mostrado interés por nuevas inversiones, más allá de Telefónica, también de fondos que tienen participaciones en otras socimis, en el inmobiliario español, como el fondo de Catar o el fondo soberano noruego.
La estrategia está por definir.
En 2023 la socimi perdió 83,5 millones de euros, frente a los 263,1 millones de 2022, afectada por la caída de la valoración de activos de centros comerciales y oficinas.
Los ingresos totales subieron un 6%, hasta los 488,3 millones; y el resultado bruto de explotación (ebitda) cerró en 367 millones, el 9,7% más que en 2022.