El ibex ha iniciado la semana en postivo y cerrado la sesión de este lunes en los 9.944 puntos. Repsol ha subido un 1,6% hasta los 13,8 euros por acción

Con subidas ha estrenado Repsol la semana en la que va a presentar resultados. Sus acciones aplauden una mejora en la recomendación de Morgan Stanley que, de momento, pone punto y final a la mala racha de estimaciones que venía recibiendo desde que se iniciara el año y también en 2023.

¿La razón? Pues, la estabilidad en la cotización de los precios del petróleo que, según el banco de inversión, mantiene la tendencia en los últimos días y cotiza en los 84 dólares.

Y aunque los ejecutivos de la compañía, y sus sucesivos planes estratégicos, van encaminados a hacer de ella un referente de la energía verde y la descarbonización, lo cierto es que el negocio de Repsol, como todo el mundo sabe, está atado a la evolución del crudo y de las materias primas, que han tocado mínimos en 2023.

No en vano sigue siendo una petrolera y no es fácil desprenderse de esta etiqueta que, por cierto, tantas alegrías le ha proporcionado cuando el barril superaba con holgura los 94 dólares y sus acciones volaban por encima de los 18 euros.

Repsol va a presentar una actualización de su plan estratégico para impulsar su transformación… “después de los buenos resultados cosechados que le han permitido cumplir los objetivos con dos años de antelación

En sus mejores tiempos (irrecuperables según los expertos), llegó a valer en Bolsa alrededor de 28.000 millones de euros, (ahora está en 16.538, y cerró en los 17.180) con las acciones tocando máximos por encima de los 29 euros, allá por el año 2007. Ahora cotizan en los 13,5, frente a los 15 de febrero del año pasado.

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Así que, y por si acaso había dudas de la apuesta decidida de transformación de su negocio, los directivos de la compañía aseguran que el compromiso “como sector industrial y sector energético con la descarbonización es inequívoco”.

Recordar que la ministra Teresa Ribera acusaba al consejero delegado, Josu Jon Imaz, de “negacionismo y retardismo” en su discurso sobre la transición energética.

Y recordar que, Ribera, se puso en pie de guerra tras la advertencia de Imaz de que Repsol tenía “otras alternativas” si en España no se garantizaba la estabilidad para invertir, en clara referencia a la posibilidad de que el Gobierno extienda en el tiempo el impuesto especial para las energéticas y la banca, vigente, de momento, para todo 2024.

Lo que le toca ahora a Repsol es contar cómo ha cerrado 2023, y presentar también una actualización de su plan estratégico para impulsar su transformación… “después de los buenos resultados cosechados que le han permitido cumplir los objetivos con dos años de antelación”, según Joaquín Robles, analista de XTB, indicó a Europa Press, quien además prevé que el nuevo plan estratégico de Repsol "continúe las principales líneas marcadas en el anterior, como son las de cumplir con los objetivos de descarbonización en 2050, aumentar exposición a las renovables para tener menor dependencia de las fuentes de energía tradicional y reforzar su perfil multienergético".

La compañía alcanzó un resultado neto de 2.785 millones de euros entre enero y septiembre de 2023, un 14% menos que en el mismo período de 2022, debido al desplome en los precios de las materias primas

Otro de los puntos de interés es cómo va a focalizar la estrategia de inversión teniendo en cuenta que Imaz dejaba en el aire el destino de 1.500 millones de euros en caso de que el Gobierno decidiera prorrogar el impuesto para las energéticas.

De momento, de enero a septiembre de 2023, las inversiones de la compañía, prácticamente centradas en España y Estados Unidos, crecieron hasta los 4.362 millones de euros de los que, un tercio, tenían como destino su negocio de Bajas Emisiones.

“Estados Unidos es un foco importante para Repsol”, señalan los analistas. “Entró en el país en 2021 con la compra del 40% de Hecate Energy, empresa de proyectos solares fotovoltaicos y de baterías para el almacenamiento de energía, y en 2023 compró de ConnectGen especializada en el negocio eólico terrestre estadounidense, la mayor operación en el sector de las renovables realizada por la empresa española”. La energética quiere tener en Estados Unidos una capacidad instalada de 2.000 MW en 2025 y de 8.000 MW en 2030.

Estos ambiciosos planes chocan, consideran algunos expertos, con la incertidumbre económica actual. “Con la desaceleración planeando sobre Europa (recesión, en el caso de algunos países), no es precisamente el mejor momento para acometer ingentes inversiones con el objetivo de darle la vuelta al negocio.

Repsol sigue siendo una petrolera y no es fácil desprenderse de esta etiqueta que, por cierto, tantas alegrías le ha proporcionado cuando el barril superaba con holgura los 94 dólares y sus acciones volaban por encima de los 18 euros

“Es más”, explican, “muchos inversores institucionales han dado la espalda al sector porque saben que todo lo que conlleva en costes la transición energética impactará en los márgenes de las petroleras, y por supuesto en los de Repsol también, que parte con una clara desventaja frente a los auténticos campeones nacionales en esta transición”.

Y este esfuerzo inversor ¿cómo se está notando en la deuda de la compañía? Pues… tras alcanzar un resultado neto de 2.785 millones de euros entre enero y septiembre de 2023, un 14% menos que en el mismo período de 2022, debido al desplome en los precios de las materias primas, la deuda neta se situó al final del tercer trimestre en 1.855 millones de euros mientras “la liquidez, que se eleva hasta los 10.650 millones, es suficiente para cubrir más de cinco veces los vencimientos de deuda bruta a corto plazo”, según la propia compañía.

Y puestos a sacar pecho, Repsol exhibe que es la empresa del Ibex que más impuestos ha pagado en España. En concreto, su contribución fiscal alcanzó los 10.890 millones de euros entre enero y septiembre. “Cerca del 70% de esta cantidad, 7.441 millones de euros, corresponden a España”.

Los principales accionistas de Repsol son: BlackRock, con el 5,45%; Norges Bank, con el 5,41%; y el fondo estadounidense Millennium Group Management, con el 2%.