El IBEX ha despedido la sesión con una subida del 0,53% hasta los 11.090 puntos. Las acciones de PRISA cierran sesión en los 0,35 euros tras revalorizarse un 2,6%
PRISA toca mínimos históricos y se ha instalado en ese rango desde que comenzara 2024. En enero sus acciones valían 0,29 euros y hoy 0,35 euros, muy, muy lejos de los máximos que alcanzó en mayo de 2019 en los 1,65 euros. A partir de ese momento, su caída ha sido continua y no ha conseguido levantar cabeza.
Y si cerró 2020 con una capitalización de 632 millones, a 4 de abril se sitúa en los 350 millones, prácticamente la mitad.
Estamos ante una empresa que está en quiebra técnica, literalmente. Su patrimonio neto es, y ha sido negativo en los últimos años y ha sobrevivido gracias a ampliaciones de capital y con el ‘auxilio’ de los principales bancos españoles que siempre han acudido prestos a la llamada dicen… que, de Moncloa, (yo, ni afirmo, ni desmiento, faltaría más).
Echen un vistazo a los datos que nos proporciona Javier Cabrera de XTB porque la cotización de la empresa no hace más que reflejar el mal comportamiento de los resultados en los últimos años. “El problema viene de largo”, señala, “puesto que en 2010 reportaron 2.687 millones de euros en ingresos frente a los 929 millones del año 2023. Además, desde 2014, tan solo ha habido un año que se haya cerrado con beneficios. Sin embargo, lo que sí han logrado es un flujo de caja libre en algunos ejercicios. Por ejemplo, el año pasado consiguió cierto crecimiento de unos 60 millones de euros. Si la empresa destina este flujo de caja libre a reducir su deuda y a diversificar su negocio, podría salir poco a poco de este bache”.
(El flujo de caja libre es la cantidad de dinero que queda en la empresa después de restar de los ingresos, los gastos y las inversiones necesarias para mantener su actividad)
Pero lo cierto es que, en su balance, a día de hoy, se acumulan 469 millones de euros en pérdidas lo que se ha traducido en un patrimonio neto negativo.
La cotización de la empresa refleja el mal comportamiento de los resultados en los últimos años. El problema viene de largo ya que en 2010 reportaron 2.687 millones de euros en ingresos frente a los 929 millones del año 2023
De momento, y como ya hemos contado en Hispanidad, lo que se ha producido, de nuevo, es una llamada (no sé si desesperada o no) a los rescatadores oficiales del Grupo. Por orden: BBVA, Santander y CaixaBank.
Falta por definir la modalidad que se va a elegir para reflotar, (siendo generosos con el verbo), a la cotizada. A saber: mediante la inversión en acciones -es la manera menos eficaz y más comprometedora-, mediante la refinanciación de deuda -más eficaz y menos comprometedora-, o financiando jornadas y cursos, la manera más eficaz y todavía menos comprometedora.
Lógicamente, es de cajón, que la trayectoria bursátil de Prisa depende de cómo se aclare y se diseñe su futuro. Ha habido un antes y un después de la muerte, el 13 de enero de este año, Miguel Barroso, cuyo sustituto, José Miguel Contreras ha sido muy contestado especialmente desde la cúpula directiva de una de las joyas de la corona del Grupo.
Entonces, ¿quién manda realmente en PRISA? porque el que se supone que lleva la batuta, o debería llevarla, debe decidir, por ejemplo, si se vende o no Santillana, si se vende o no todo lo que tiene en Hispanoamérica con el objetivo de salvar El País y la SER.
Hablando de quién manda, bien podría ser Joseph Oughourlian que controla el 29,6% del capital (a través de Amber Capital) y que, por cierto, está al límite de rozar la OPA en PRISA.
En este sentido, hay quien especula sobre un posible movimiento Ourghourlian si tenemos en cuenta que su participación podría incrementarse porque, entre otras cosas, se ha comprometido a suscribir todas las obligaciones que le corresponden en la nueva emisión que está en marcha.
La trayectoria bursátil de PRISA depende de cómo se aclare y se diseñe su futuro. Ha habido un antes y un después de la muerte, el 13 de enero de este año, Miguel Barroso, cuyo sustituto, José Miguel Contreras ha sido muy contestado
Recordar que, los accionistas de referencia (entre los que está Amber) han respaldado la emisión de 100 millones de euros en bonos convertibles, operación con la que pretende reducir “las cargas de su deuda”.
Pero… ¿quién quiere una empresa en quiebra y en la que, además, ha perdido tanto dinero? Yo, en su lugar, a lo máximo que aspiraría es a salir corriendo.
El empresario francés, reorganizó a finales de 2022 su conglomerado accionarial bajo la gestión de Amber Capital UK LLP con sede en Londres (Reino Unido) que, a su vez, reparte entre tres brazos inversores su participación
En enero de ese mismo año, de 2022, Oviedo Holdings SARL, con sede en Luxemburgo, controla el 10,8% del capital, Amber Capital IM - ICAV en Dublín (Irlanda) mantiene el 14,4% y Amber Global Opportunities, que mantiene su sede en la capital irlandes, con solo el 3,15%.
Ahora, Oviedo Holdings ha pasado a controlar el cerca del 25%, mientras Capital IM - ICAV y Amber Global Opportunities se han quedado con el 3,15%
Es decir, Joseph Oughourlian trasladó el grueso de la propiedad de PRISA de Londres a Luxemburgo.
A día de hoy, PRISA acumula 469 millones de euros en pérdidas lo que se ha traducido en un patrimonio neto negativo
La entrada de Amber en PRISA se remonta a 2010, sin embargo, Oughourlian no se sentó en el consejo de adminsitracion hasta cinco años después. Fue nombrado consejero dominical en 2015 a la vez que el jeque qatarí Khalid Thani Abdullah Al Thani’s
Joseph Oughourlian, que preside la compañía desde febrero de 2021, cuenta con participaciones a través de Amber en otras compañías cotizadas, como Indra, Mediaset España y Telefónica
Además de Amber, Vivendi tiene el 11,7%, Rucandio (familia Polanco) el 7,6%, Global Alconaba, el 7,07%, (la firma de Andrés Varela Entrecanales primo del presidente de Acciona, que en su día compraron la participación de Telefónica en Prisa). Carlos Slim controla el 7%.
Por cierto, y sobre Vivendi, a finales de 2021, el grupo francés comunicó, al parecer, su intención al Gobierno de dar un paso al frente para convertirse en uno de los mayores accionistas de PRISA.
Quería, según publicaron los medios en ese momento, alcanzar el 29,9% del capital y pasar a ser socio de referencia. A la vista está que sus planes se frustraron.
El resto del accionariado de PRISA está formado por Banco Santander (4,1%), el jeque catarí Khalid bin Thani bin Abdullah Al Thani (4,9%), y el empresario Roberto Alcántara Rojas (4,8%).