El 3 de abril de este año nacía Masorange, resultado de la fusión completa del Grupo MásMóvil y Orange en España. 4.000 millones de inversión de aquí a tres años, prometía la nueva marca, que suma más de 8.500 de los que, 650, son objeto de un Expediente de Regulación de Empleo.

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Vamos a echar un vistazo a la evolución de la francesa desde ese momento. Cotizaba en esa fecha a 10,86 euros, hoy lo hace en los 9,81. Prácticamente un euro ha perdido su valor de mercado, es decir, cerca de un 10%.

No es una novedad que Orange se instale en números rojos. En lo que llevamos de año pierde un 6,5%, y en los últimos 12 meses más de un 11%.

Telefónica sube un 18% desde enero, a 12 meses, un 14%; Vodafone, en lo va de año apenas se mueve, 1,1% arriba, y de noviembre a noviembre baja un 5,5%; Deutsche Telekom se dispara un 30% en lo que llevamos de 2024, un 23% en los últimos 12 meses. Bien es cierto que el negocio de la alemana es, sobre todo, Estados Unidos. Por último, un caso aparte: Telecom Italia, que cede desde enero, un 23%, y en los últimos 12 meses, un 11%.

Por asuntos de competencia, la Unión Europea obliga a las grandes operadoras a abrir su red a terceros que luego les hacen la competencia vendiendo servicios a derribo, servicios low cost

Estamos ante un sector, el de las telecos, que tiene, en general, un problema fundamental, y las incumbentes, los antiguos monopolios, en particular, (Orange, Telefónica, Deutsche Telekom) porque son las responsables de invertir en infraestructuras y no son precisamente ellas las grandes beneficiarias sino los gigantes tecnológicos como Amazon, Google o Netflix. Además, por asuntos de competencia, la Unión Europea les obliga a abrir su red a terceros que luego les comen el terreno vendiendo servicios a derribo, servicios low cost”, explica Ignacio Cantos, socio director de atl Capital.

Pero, además, y para meter más presión, ya se habla del 6G (sexta generación de conectividad inalámbrica) cuando todavía está por desarrollar del todo el 5G “y eso es un factor añadido por las nuevas inversiones que va a suponer”, añade el experto para señalar que esto supone un freno en su evolución en Bolsa, es decir, que a las acciones les cuesta subir y, por eso, el sector en general cotiza tan barato.

Aun así, sigue siendo un sector defensivo con flujos y rentabilidad más o menos estables. Orange cotiza con un PER 9 y una rentabilidad por dividendo del 7,35 y Telefónica, por ejemplo, con un PER 10 y una rentabilidad del 7%.

Masorange cerraba hace apenas una semana la adhesión al Expediente de Regulación de Empleo por parte de los trabajadores, bajas incentivadas y prejubilaciones. El porcentaje de ‘voluntarios’ ha sido del 70%

Masorange, que se convertía en el momento de la fusión, en el principal operador aquí en España, por delante de Telefónica, casi ocho meses después de la operación se enfrenta, precisamente, a una fuga considerable de clientes ante la competencia low cost.

Los datos de portabilidad, a cinco meses de la integración facilitados por el sector, señalaban que el operador se dejaba por el camino más de 159.000 clientes, una cifra que se ha incrementado considerablemente hasta finales de octubre para situarse por encima de las 280.000.

Empresas como Digi, con una agresiva campaña publicitaria, están tirando los precios y captando a destajo un gran número de clientes.  

El sector sigue siendo un sector defensivo con flujos y rentabilidad más o menos estables. Orange cotiza con un PER 9 y una rentabilidad por dividendo del 7,35 y Telefónica, por ejemplo, con un PER 10 y una rentabilidad del 7%

Y eso se refleja en su crecimiento y en sus cuentas. Los ingresos, en los nueve primeros meses del año, se mantenían prácticamente planos: crecían 0,5%, (lo hacían un 1,2% en el tercer trimestre).

Es cierto que mejoró el resultado de explotación (ebitda) hasta los 1.924 millones, un 3,3% más que el del año anterior, pero la deuda cerró septiembre en los 12.561 millones de euros, un 1,39% menos. “Continúa en niveles altos y se mantiene como uno de los mayores problemas de la compañía”, opinan fuentes del mercado que recuerdan que cuando Orange tome el control total sobre la empresa, en 2026, la asumirá en su totalidad.

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Respecto al empleo, y si tenemos en cuenta que uno de los objetivos de la ‘joint-venture’ era obtener unos ahorros de 500 millones, en este ejercicio concretamente de 100, algo que está a punto de alcanzar, el ERE planteado por la compañía tiene todo el sentido.

Masorange cerraba hace apenas una semana la adhesión al Expediente de Regulación de Empleo por parte de los trabajadores, bajas incentivadas y prejubilaciones. El porcentaje de ‘voluntarios’ ha sido del 70%, lo que implica que los despidos forzosos pueden superar los 180.

 El consejero delegado de Masorange, Meinrad Spenger prometió que no activaría ningún ajuste de plantilla cuando anunció a bombo y platillo la fusión.