El Ibex ha superado los 9.600 puntos al cierre del martes 14 de noviembre, tras subir un 1,72%. Las acciones de Amper han caído un 0,74% hasta los 0,09 euros.
No van bien las cosas para Amper, empresa tecnológica de ingeniería industrial. Su cotización no levanta cabeza y transita en números rojos desde que se inició el año. Se deja, concretamente un 42%, lo que la coloca como la octava peor empresa del Mercado Contínuo en el que cotizan 130 compañías.
Pero es que, si se mira el histórico de cotización, sus pérdidas rozan el 90%. Y te preguntas…¿alguna vez habrá cerrado, en la última década (por acotar tiempos), un año en positivo?
Pues sí, aunque hace tiempo. Fue en 2019, cuando sus títulos subieron casi un 18%. Punto y final… porque en 2020 cayó un 30,27%, en 2021 cerca de un 11 %, en 2022 un 13%, y este año va por el mismo camino: el 26 de octubre cayó a mínimos históricos hasta los 0,0962 euros.
Los expertos atribuyen el mal comportamiento de los últimos meses a la posible ampliación de capital con la que se especulaba y que Amper acaba de confirmar. Una ampliación de capital por 31 millones para impulsar, entre otros aspectos, su crecimiento en todos los sectores en los que desarrolla su negocio: Comunicaciones, Energías Renovables y Gestión de la Energía, Digitalización y Automatización de Procesos Industriales, Seguridad y Defensa.
Amper debutó en Bolsa en 1986 justo el mismo año en el que Telefónica salía de la compañía al vender 2,926% de la participación que le quedaba
Ya se sabe que las ampliaciones de capital no son buena noticia para los inversores porque se emiten acciones adicionales que diluyen el valor de las que ya están cotizando.
Así que, para la tecnológica cuyo CEO es Enrique López, que acaba de cumplir doce meses en el cargo, no hay noticia que propicie un subidón de sus acciones.
Ni siquiera el contrato que acaba de firmar, el mayor de su historia (140 millones) por el que, y a través de su filial Nervión Naval Offshore, construirá componentes y realizará trabajos de ensamblado para las estructuras eólicas marinas para el parque Le Tréport en la costa francesa.
Tampoco reflejaron sus títulos los ambiciosos objetivos de su Plan Estratégico 2023-2026: inversiones por más de 500 millones, previsión de ventas superiores a los 1.000, un 27% más, unos ingresos en 2024 de 576 millones de euros, un 51,2% más que la previsión de 381 millones para el ejercicio actual, mientras que para 2025 espera que crezcan casi un 36% hasta los 783.
Amper debutó en Bolsa en 1986 justo el mismo año en el que Telefónica salía de la compañía al vender 2,926% de la participación que le quedaba.
Actualmente su principal accionista es la tecnológica Zelenza, con un 7,871% del capital a través de su fundador José Fernández González; le sigue la familia Martinavarro, una de las más influyentes y más ricas de Castellón y cuya fortuna se debe a su negocio en el sector citrícola.
La compañía tiene como presidente no ejecutivo a Pedro Morenés, ex ministro de Defensa (2011-2016 con el Gobierno Rajoy) y ex embajador en EE UU (2017-2018), fue nombrado presidente en 2020, sustituyendo a Clemente Fernández González del que, dicen, tiene experiencia en el rescate de empresas en crisis.
Tras su salida de Amper pasó a presidir la extinta Abengoa y, desde hace un año, está al frente de Euroconsult, ingeniería en dificultades financieras que dejó de cotizar hace cinco años.
El Plan Estratégico 2023-2026 contempla inversiones por más de 500 millones, previsión de ventas superiores a los 1.000, un 27% más, y unos ingresos en 2024 de 576 millones de euros
Con 70 años de historia, Amper fue fundada en 1956 por el ingeniero de telecomunicaciones Antonio Peral. Se hizo muy conocida en aquella época porque se encargó de instalar prácticamente todos los porteros automáticos de España, además de ser la principal proveedora de equipos para Telefónica, una situación que cambió, en los años noventa, cuando se produjo la liberalización de las telecomunicaciones.
A día de hoy, Amper es un grupo cuyo negocio está diversificado en tres sectores: tecnología (comunicaciones, seguridad y defensa y gestión de energía; industrial (proyectos y mantenimiento de instalaciones) e ingeniería
Actualmente, la compañía pertenece a la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (TEDAE), junto Airbus, Navantia o Sener; y, entre otras facetas de su actividad, se ha especializado en el control y vigilancia de fronteras con el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), a cargo de la Guardia Civil y en el que se encarga de las tareas mantenimiento.