Lo primero que llama la atención, aunque no sea lo más importante, es que el nombramiento de Carlos San Basilio como presidente de la CNMV parte de una tal Nadia Calviño, ex ministra de la cosa económica y actualmente presidenta del Banco Europeo de Inversiones. Dicho de otro modo, Carlos Cuerpo sigue muy atento a las indicaciones de su antecesora: San Basilio fue secretario general y director general del Tesoro hasta 2021, cuando se incorporó al Banco Europeo de Reconstrucción como director de Estrategia Corporativa.
San Basilio es Técnico Comercial y Economista del Estado. Su trayectoria en el Tesoro comenzó en 2017 con el gobierno de Mariano Rajoy. También fue director de Resolución del Frob, consejero Económico en la Representación de España en la Unión Europea y director general de Cofides, como nos recuerda el comunicado remitido este martes por Economía.
El otro nombramiento es el de Paloma Marín como vicepresidenta del supervisor de los mercados. Marín sustituye a Montserrat Martínez, que ha dimitido. Martínez estuvo en las quinielas para ser presidenta de la CNMV e, incluso, para gobernadora del Banco de España.
Lo cierto es que al nombre de Martínez se suman los de Paula Conthe y Margarita Delgado. Conthe, desde enero de este año secretaria general del Tesoro y Financiación Internacional -sustituyó a Carlos Cuerpo- también sonó para la CNMV, pero no prosperó por temor a que su carácter fuera similar al de su padre, Manuel Conthe, esto es, ligeramente insoportable.
Margarita Delgado ha sido la gran damnificada de las tres. No sólo no fue nombrada gobernadora del Banco de España, a pesar de su gran labor como subgobernadora, sino que tuvo que retirar su candidatura a liderar la supervisión bancaria europea para que Nadia Calviño pudiera aspirar al BEI.
Paloma Marín, nombrada número dos de la CNMV, es actualmente directora general de Relaciones Institucionales, Europeas y Transparencia del Banco de España. No es una de las direcciones más importantes -lo son el Servicio de Estudios y Supervisión-, pero no importa.
Con estos nombramientos, que tendrán que pasar el trámite del Congreso, Pedro Sánchez se asegura el control total de los supervisores, al menos hasta junio de 2026, fecha en la que concluye el mandato de Cani Fernández al frente de la CNMC. San Basilio y Marín finalizarán en 2030.
En resumen, una CNMV aún más sanchista que la anterior, que ya es decir. De hecho, ¿existe algún regulador que no obre ya en poder de socialistas pasionales? A mí no se me ocurre ninguno.
Por cierto, ¿hará lo mismo San Basilio con la OPA del BBVA sobre el Sabadell, que su antecesor Buenaventura, o aprobará el folleto de la OPA antes del dictamen de Competencia?