Coca-Cola Europacific Partners (CCEP) se ha convertido en el negocio dorado de los Daurella, pero ojo, porque se ha contagiado del ‘efecto Ferrovial’ y avanza paso a paso en irse de España, como se vio al conocerse un ERE para 85 empleados al trasladar actividad a Bulgaria para centralizar allí el servicio de relaciones con clientes. Y seguirá siendo un gran negocio para esa familia catalana (que controla el 56% de la sociedad Olive Partners, y esta es la primera accionista de CCEP, con un 36,4%), porque el consejero delegado de CCEP, Damian Gammell, ha subrayado “nuestra capacidad para seguir aportando valor a los accionistas”.
Estas palabras se basan en “nuestras previsiones para este año”, “la solidez de nuestro negocio” y “nuestra reciente inclusión en el Nasdaq 100 (índice bursátil de EEUU que agrupa a las 100 compañías más importantes de tecnología, telecomunicaciones, venta al por menor/por mayor y biotecnología cotizadas)”. Y ojo, no olviden que CCEP ya dio “un dividendo récord en el ejercicio 2023”, ha subrayado. Los Daurella tienen razones para sonreír, pese a que crece al 21,9% el rechazo de los accionistas a que ganen más poder sin lanzar una opa, como se vio en la Junta de Accionistas celebrada el pasado 26 de mayo.
La familia Daurella lleva décadas haciendo fortuna con el embotellado de Coca-Cola, un negocio que empezó Santiago Daurella Rull, el abuelo de Sol Daurella, actual presidenta de CCEP, en la década de los 50 del siglo XX. Asimismo, la ‘megaembotelladora’ europacífica también beneficia a otros históricos embotelladores españoles del famoso refresco, como los Gómez-Trénor y los Comenge, que son accionistas de Olive Partners. De hecho, Sol Daurella podrá seguir escalando posiciones entre los más ricos de España vía dividendo récord, como ya se apuntó en Hispanidad tras sus buenos resultados de 2022.
Vayamos a las cifras de 2023 que CCEP ha dado a conocer este viernes. Los ingresos han aumentado un 5,5% en términos reportados, a 18.302 millones de euros, sobre todo por la subida de precios porque los volúmenes se han mantenido bastante estables e incluso ligeramente en descenso (-0,5%), y destacando el comportamiento al alza en Europa, frente a los descensos en API (Australia, Nueva Zelanda e islas del Pacífico). Los costes de ventas han crecido un 4,5%, a 11.582 millones; y los gastos operativos lo han hecho un 6%, a 4.488 millones. Por su parte, el beneficio neto ha aumentado un 9,5%, hasta 1.669 millones.
En los últimos años, CCEP ha ido extendiendo sus dominios hacia Asia con la compra de la embotelladora australiana Amatil en 2021 y más recientemente con la de la embotelladora de Filipinas, esta última es una operación que lleva a cabo con la sociedad de cartera filipina Aboitiz Equity Ventures (AEV) acaba de ser completada, como se preveía hace meses, y esto ha sucedido tres semanas después de haber obtenido el visto bueno regulatorio. Tanto Sol Daurella como Damian Gammell han hablado de esta última compra, como se recoge en la página web corporativa, destacando que el próximo 26 de febrero será el primer día de la embotelladora filipina como parte de CCEP: Gammell ha referido que “desde la adquisición de Amatil en 2021, hemos podido impulsar un crecimiento más rápido y sostenible, como un negocio más grande y diverso” y que al incorporar Filipinas “nuestro alcance y escala han vuelto a aumentar”; por su parte, Daurella ha subrayado que “este es un momento tremendamente emocionante para CCEP. Siempre hemos sido ambiciosos en cuanto a aumentar nuestra huella geográfica. Y hacerlo con un mercado con una historia tan extensa de Coca-Cola me llena de orgullo”.
Y por cierto, la ‘megaembotelladora’ europacífica también contribuye en los números de The Coca-Cola Company: esta multinacional con sede en Atlanta está entre sus accionistas y también ha chispeado con fuerza en 2023, superando a su gran rival, PepsiCo, pese a subir menos los precios.