The Coca-Cola Company ha perdido chispa en el tercer trimestre, debido a las menores ventas, pese a subir los precios. Y todo esto ha repercutido también en el beneficio neto, que ha bajado un 7,7%, a 2.633 millones de euros.
La multinacional de refrescos con sede en Atlanta (Georgia, EEUU) parece que se tomó vacaciones veraniegas en lo que a algunas magnitudes financieras se refiere. Los ingresos han descendido un 0,8%, a 10.962 millones, debido al menor volumen de unidades vendidas (-1%, frente al aumento mostrado en el primer semestre), pese a la subida de precios (+10%). Por zonas, Norteamérica es su primer mercado, con 4.609 millones (+12%); seguido de la región de Europa, Oriente Medio y África (EMEA, por sus siglas en inglés), con 1.867 millones (-7,2%). Además, los ingresos aportados por las embotelladoras han caído un 29%, a 1.217 millones, pese a la buena evolución de CCEP, la ‘megaembotelladora’ europacífica que preside la española Sol Daurella.
En términos orgánicos -sin el impacto del tipo de cambio y las variaciones de perímetro contable-, los ingresos han crecido un 9%, superando lo previsto por el consenso de analistas (+6%), en gran parte, por los mayores precios. Por su parte, el beneficio neto atribuido se ha reducido un 7,7%, a 2.633 millones, no sólo por los menores ingresos sino también por los mayores costes.
En el conjunto de los nueve primeros meses, la multinacional de Atlanta (que une censura, blasfemia y cristofobia al no permitir personalizar sus envases con “Jesús te ama”) ha incrementado sus ingresos un 1,7%, a 32.844 millones, y un 12% en términos orgánicos, incluyendo un encarecimiento del 11%. Pero los mayores ingresos han tenido poca repercusión en el beneficio neto, que ha bajado un 3,5%, a 7.801 millones.
El presidente y CEO de The Coca-Cola Company, James Quincey, ha señalado que se sienten “alentaos por nuestro desempeño en lo que va de año y por la capacidad de nuestro sistema para gestionar los desafíos a corto plazo y, al mismo tiempo, seguir centrados en las oportunidades de crecimiento a largo plazo”. Es cierto que la multinacional ha ajustado ligeramente al alza el crecimiento anual de los ingresos orgánicos a aproximadamente el 10%, frente al rango del 9-10% previsto anteriormente, pero al mismo tiempo ha advertido de un impacto significativo de 4 puntos por los tipos de cambio y de otros 4-5 por otros extraordinarios (adquisiciones, desinversiones,...). Es decir, que el crecimiento real de los ingresos orgánicos sería mínimo... y eso no ha hecho ninguna gracia a los inversores, porque la cotización baja más de un 2%.