Este lunes empieza la COP29 en Bakú (Azerbaiyán), tras la Cumbre del Clima celebrada en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), dos países que apuestan mucho por los combustibles fósiles y poco verdes por ahora... para disgusto de Teresa Ribera. Eso sí, ‘Doña contradicciones’ se perderá el comienzo, porque tiene que estar en Bruselas para su audiencia de confirmación el próximo martes 12, el último trámite para convertirse en vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva de la nueva Comisión Europea. Entre su trayectoria, es probable que ella refiera la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, pese a que incluye objetivos imposibles de cumplir, como pasar de 15 megavatios (MW) de hidrógeno verde, de los que 13 aún no funcionan, a un total de 12.000 MW en poco más de cinco años.
Conviene recordar que este plan ecológico es aún más ambicioso del presentado en 2020, pues ha elevado todos los objetivos de instalación de energías renovables e incluso el de vehículos eléctricos, pese a su débil demanda y a la crisis mundial que vive la automoción. En concreto, este último se ha incrementado de 5 millones de unidades a 5,5 millones, a pesar de que seguimos lejos de los 280.000 eléctricos e híbridos enchufables para este año que serían necesarios para cumplir los objetivos del PNIEC, según estimó el sector hace unos meses: entre enero y octubre se han vendido 97.626 eléctricos e híbridos enchufables, un 1,7% menos que hace un año.
En el caso del hidrógeno verde, cabe recordar que aún no es rentable porque es caro, y que es mucho más factible producirlo al lado de donde se va a consumir, en lugar de la ruina de transportarlo. El plan ecológico de Ribera aspira a pasar de los 15 MW instalados actualmente, de los que 13 aún no funcionan, a 12.000. Y ojo, porque para producir cada megavatio de hidrógeno verde se requieren entre 3 y 4 MW de renovables, por lo que se necesitarían en total entre 36.000 y 48.000 MW para cumplir el ambiciosísimo objetivo del PNIEC.
Para producir cada megavatio de hidrógeno verde se requieren entre 3 y 4 MW de renovables, por lo que se necesitarían en total entre 36.000 y 48.000 MW para cumplir el ambiciosísimo objetivo del PNIEC
Al mismo tiempo, en dicho plan se recoge el objetivo de duplicar la eólica. Pero para llegar a 62.000 MW en 2030 desde los 31.000 actuales, habría que quintuplicar el ritmo anual de instalación. Y ojo, porque en los últimos 14 años, la media ha venido siendo de unos 1.000 MW nuevos al año.
Por su parte, en solar fotovoltaica, la actualización del PNIEC aspira a casi triplicar la instalación actual. En concreto, a pasar de 26.000 a 76.000 MW, entre los que están incluidos 19.000 de autoconsumo.
Sin embargo, el crecimiento en eólica y solar es cada vez más difícil hacerlo por la lenta tramitación de los proyectos, el creciente rechazo en algunas zonas rurales (como se ha reflejado en las películas As bestas y Alcarràs) y el hecho de que cada vez queda menos espacio libre que sea idóneo por contar con mucho viento. Además, también hay que tener en cuenta otros disparates y objetivos imposibles de cumplir, como los referentes a la termosolar y al almacenamiento, que ya se comentó en su día y que en la actualización del PNIEC se han revisado al alza, hasta 4.800 MW y 18.913 MW, respectivamente, para 2030.
En paralelo, ‘Doña contradicciones’ Ribera insiste en el PNIEC en el cierre nuclear, algo contra lo que se mostrado recientemente el PP. De hecho, dicho plan incluye reducir la generación nuclear de 7.399 MW a 3.181, es decir, más de 4.000 MW, al acometer los cuatro primeros cierres de reactores españoles de los siete previstos: Almaraz I, Almaraz II, Ascó I y Cofrentes. Un PNIEC que, por ejemplo, José Bogas, CEO de Endesa, veía imposible de cumplir y mucho menos si se cierran las nucleares a finales del pasado febrero, y más recientemente, ha mostrado que no se rinde y seguirá “intentando convencer al Gobierno” para mantener las nucleares.