Corporación Pascual logró elevar ventas un 21% en un “muy adverso 2022”, pero los mayores costes que tuvo que afrontar lastraron el resultado bruto de explotación (ebitda), que es principal indicador de rentabilidad y bajó un 4%. Por tanto, consolidó un crecimiento sostenido.
Esta empresa española y familiar con sede en Aranda de Duero tiene su origen en la cooperativa láctea que asumieron Tomás Pascual Sanz y sus hermanos en 1969. La leche y algunos derivados (yogures, batidos, mantequilla y nata) son su principal negocio aportando el 62% de los ingresos, y a lo largo de los años ha sumado: agua, zumos, bebidas vegetales, huevo líquido pasteurizado y café, así como la distribución de otros productos (salsas Heinz, cereales Kellogg’s, café y cerveza). Tras el fallecimiento de Tomás Pascual Sanz en 2006, su hijo primogénito, Tomás Pascual Gómez-Cuétara, tomó las riendas y avanzó en la diversificación: entró en la distribución de café para el sector de la hostelería (el cual le permitió crecer en ventas en 2021) con la compra de Café Mocay en 2010 y el año pasado adquirió Café Jurado, entrando así en la distribución de dicho producto no sólo en hostelería. Además, llegó a un acuerdo con Just Eat para vender directamente a particulares y que esta última lo reparta.
Cumplió sus objetivos de ingresos y siguió creciendo en la puesta por el negocio del café al comprar Café Jurado y también en actividad internacional, pasando no sólo a exportar y vender sino también a producir (en concreto en Angola); y está avanzando en acuerdos con socios en Centroamérica, África y el sudeste asiático
En 2022, las ventas crecieron un 21%, a 845,2 millones de euros, en una compañía que integra los negocios alimentarios y no alimentarios (La Quinta Grupo Inmobiliario y la división de innovación disruptiva Pascual Innoventures). Cumplió sus objetivos y siguió creciendo en la puesta por el negocio del café al comprar Café Jurado y también en actividad internacional (la cual aporta el 5% de los ingresos, es decir, unos 34 millones), pasando no sólo a exportar y vender sino también a producir (en concreto en Angola); y está avanzando en acuerdos con socios en Centroamérica, África y el sudeste asiático. Además, la apuesta por la diversificación no ha acabado, pues hace unos meses, entró en el segmento de bebidas alcohólicas al comprar el 8% de Cerveza Mica.
Esta empresa familiar no trasladó el aumento total de los costes de producción (materias primas, energía, envases, embalaje y transporte) que tuvo que afrontar al consumidor, lo que afectó a su ebitda, que bajó un 4%, a 41,2 millones. Por tanto, se trata de otra compañía alimentaria que no engordó sus márgenes por la inflación y los mayores costes, algo de lo que acusaba la ministra Ione Belarra a algunas empresas, pero en lo que no llevaba razón. Asimismo, Corporación Pascual aumentó su plantilla un 4%, a 2.336 empleados, que se reparten entre seis fábricas, 25 delegaciones comerciales, oficinas centrales y entornos agropecuarios. Además, continuó impulsando el relevo generacional en el campo con becas para los hijos de ganaderos y agricultores, así como la gestión responsable y eficiente en el aprovisionamiento de leche y cultivos, y promoviendo la sostenibilidad al haber reducido su consumo de agua, usar electricidad exclusivamente de fuentes renovables y marcarse el objetivo de que sus envases sean reciclables y diseñados de forma sostenibles.