Tras lo que publiqué el pasado viernes desde el Consejo de El Corte Inglés (ECI) me hacen llegar el siguiente mensaje: en El Corte Inglés manda la presidente, Marta Álvarez, tampoco había consejero delegado con Isidoro Álvarez. Llueve sobre mojado porque insisto en que me pareció un error el cese de Víctor del Pozo y no creo equivocarme si acepto el sistema de mando de la Presidencia única o el sistema Chairman, de presidente y Ceo primer ejecutivo, pero lo que no me entra en la cabeza es la gestión de una comité de cinco miembros. Me parece poco operativo.
En El Corte Inglés aclaran: manda la presidente, Marta Álvarez, tampoco había consejero delegado con Isidoro Álvarez
Vamos con lo positivo. Un detalle: El Corte Inglés (ECI) ha recuperado imagen. Y la imagen de marca siempe ha sido fundamental, y única, a lo largo de la historia de ECI.
Un detalle que es mucho más que un detalle. El Santander ha pasado de una postura crítica con la gestión de Marta Álvarez a convertirse en uno de sus principales apoyos. Es cierto que Marta, como también hemos reseñado en Hispanidad, ha conseguido el control del 60% del capital, mayoría absoluta, lo cual, como también hemos publicado no agrada a accionistas tradicionales que le acusan de tener demasiado poder ni a accionistas nuevos, como Mutua, que no acaban de entenderlo ... y Garralda se encarga de repetirlo por los restaurantes madrileños. Pero los números son los números y aunque todavía no son como para tirar cohetes, comienzan a funcionar.
Yo diría que lo que le falta a Marta Álvarez es, precisamente, modelo de gestión. Ese modelo pasa porque una empresa española, de textura única, se enfrente a los ventajistas de Amazon que pagan menos impuestos, son más explotadores del personal y encima fagocitan marcas españolas o, sencillamente, las aniquilan.
ECI debe defender su modelo -de calidad, con una plantilla entusiasta -sí, por el paternalismo de la empresa, que no es mala cosa- dedicados a mantener una venta presencial en crisis y, al mismo tiempo, potenciar la venta electrónica, a la que nadie puede sustraerse.
Y en esa pugna por no dejar de ser presencial y aumenta la venta digital, El Corte Inglés debería recibir un apoyo oficial... que no está recibiendo. Le pasa algo parecido a lo que denuncia Ana Botín sobre la banca: los reguladores ni miran las Fintech, que apenas pagan impuestos, mientras se ensañan con la banca que, no sólo no paga impuestos, sino que cumple una labor social como sistema de pagos del país.
A eso me refiero cuando hablo de que a Marta Álvarez le falta modelo, o al menos no lo explicita. Lo cierto es que, posiblemente, nadie sabe cómo hacer compatible la venta física y la virtual, y más la venta de alta calidad como la que practica ECI. Ahora bien, Álvarez debe contar lo que quiere hacer al mercado. La imagen de El Corte Inglés en el presente ya ha mejorado. Ahora queremos que nos hable del futuro.
Poco a poco, ECI recupera imagen de marca, el intangible más importante de la firma
¿Y las cifras del último ejercicio aprobadas en la Junta de accionistas de la pasada semana? Lo mismo: aumentan los ingresos, y eso está bien, pero no lo suficiente como para asegurar la metamorfosis. ¿Hacia dónde? No tengo ni idea, eso es lo que quiero que decida Marta Álvarez. Mejor hoy que mañana. Marta Álvarez sabe rectificar, lo ha demostrado con confección y con alimentación, pero aún no ha creado su propio modelo de gestión. Y debe hacerlo.
Una pregunta: ¿Quién es el número dos de ECI tras la marcha de Víctor del Pozo: José María Folache o Santiago Bau?