Vistos los resultados de Societe Generale y ahora de Crédit Agricole, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que los bancos franceses son peores que los españoles. Dicho lo cual, vamos con los números anuales de Crédit, publicados este jueves.
El beneficio bruto fue de 8.258 millones de euros, un 3,3% superior al de 2022, pero gracias a extraordinarios. Sin ellos, el beneficio se redujo un 1,5%. Eso sí, en términos netos, después de impuestos, el beneficio fue 19,6% superior, hasta los 6.348 millones de euros que, sin contar extraordinarios, se quedó en 5.923 millones, un 11% superior. Lo más positivo fue el aumento, del 11,9%, de los ingresos, que alcanzaron los 25.180 millones.
El cuarto trimestre fue clave… para mal. El beneficio neto cayó un 25,2% respecto al mismo periodo del año anterior y no superó los 1.334 millones de euros a pesar del aumento -pequeño, pero aumento- del 1,2% de los ingresos, que alcanzaron los 6.040 millones.
El CEO de la entidad, Philippe Brassac, se justificó afirmando que el cuarto trimestre había estado “afectado por una gran cantidad de reclamos relacionados con el clima”. Pues eso.
El mercado, por su parte, reaccionó vendiendo los títulos del banco de tal manera que la cotización cayó más de un 5%. La capitalización bursátil de Crédit Agricole ronda los 37.900 millones de euros.