La crisis profunda del automóvil ya dura unos años y no tiene visos de solucionarse pronto. A la escasez de chips se han ido sumando otros muchos aspectos: el Covid-19, los problemas en las cadenas de suministro, la guerra en Ucrania, la inflación, los altos costes (sobre todo de la energía), la crisis económica, etc. Las ventas de turismos se mueven a la baja en la Unión Europea, con un descenso interanual del 9,9% entre enero y septiembre, porque “hay demasiada incertidumbre, demasiado caos regulatorio y recesión económica”, según ha afirmado el portugués Carlos Tavares, CEO de Stellantis, en Salón del Automóvil de París.
En su opinión, esas son las principales razones de que “el mercado se esté reduciendo”, lo que supone “un problema enorme para la industria europea”. Y es que el primer ejecutivo del gigante automovilístico que surgió con la fusión de PSA y de Fiat Chrysler Automobiles (FCA) calcula que sobran 11 fábricas en el viejo continente, según ha respondido a Cinco Días, ante el contexto de bajas ventas que se está viviendo. Para ello se ha basado en que en 2021 salieron de las plantas europeas 9,7 millones de coches, 3,3 millones menos que en 2019, según cifras de la Asociación de Fabricantes Europeos de Automóviles (ACEA).
Sólo Volkswagen y Stellantis superan el millón de coches vendidos en los nueve primeros meses: 1,7 millones (-13,9%) y 1,379 millones (-17,2%). Les sigue Renault, con 711.000 unidades (-6,4%), mientras varias marcas asiáticas (Hyundai, Toyota y Honda) registran aumentos de ventas
Asimismo, las matriculaciones no remontan: entre enero y septiembre han caído un 9,9%, hasta 6,78 millones de unidades, respecto al mismo periodo del año anterior, como recoge esta misma Asociación. Por grupos, sólo el alemán Volkswagen y el franco-italoestadounidense Stellantis superan el millón de coches vendidos en los nueve primeros meses: 1,7 millones y 1,379 millones, respectivamente, pero suponen un 13,9% y un 17,2% menos que hace un año. Les sigue el francés Renault, con unas 711.000 unidades (-6,4%), mientras varias marcas asiáticas (Hyundai, Toyota y Honda) registran aumentos de ventas.
Tavares ha señalado que la crisis de chips acabará a finales de 2023. Sin embargo, este no es el único problema de la industria automovilística, como bien saben. El ejecutivo portugués también ha criticado a los políticos europeos “que intentan matar la libertad de movilidad que da el automóvil”, porque no tratan solo de que no haya ventas de coches de combustión a partir de 2035. “Incluso siendo el automóvil limpio, seguro y asequible, que lo será muy pronto. ¿Estamos seguros de que veremos que todas esas fuerzas políticas emergentes dejarán de luchar contra el automóvil? Personalmente, creo que no se detendrán”, ha subrayado. Y es que la agenda global diseñada por los poderes dominantes ya ha decretado no la desaparición del coche de combustión, sino del coche particular, como muy bien ha contado Navarra Confidencial. Además, la dichosa Agenda 2030 complicará aún más la vida a los españoles corrientes, porque más de media España sufrirá fuertes restricciones para moverse en coche por su ciudad, a partir de 2023.
“Deberíamos de pedir a la Unión Europea que imponga a los fabricantes chinos las mismas condiciones que las que nosotros, las compañías occidentales, tenemos en China”, señala Tavares
El CEO de Stellantis también ha estado brillante al advertir sobre otra cuestión: la competencia de los fabricantes chinos en desiguales condiciones. “Deberíamos de pedir a la Unión Europea que imponga a los fabricantes chinos las mismas condiciones que las que nosotros, las compañías occidentales, tenemos en China”, ha señalado. Entre dichas condiciones, un fabricante europeo debe entrar en el gigante asiático junto a un socio local, por lo que debería haber simetría y reciprocidad, en lugar de una alfombra roja cuando un fabricante asiático se instala en el viejo continente… aunque en su mayoría a las marcas asiáticas les gusta más vender en la UE que producir aquí.