Lo cuenta El Economista: el temido gurú Nouriel Roubini augura que la recesión, "larga y fea": comenzará este mismo año 2022 y se alargará por todo el año 2023. En Hispanidad llevamos advirtiendo sobre la crisis que se avecina desde enero de este año y que será crisis de exceso de deuda, privada, pero sobre todo pública.
Gobiernos y empresas tendrán que aprender a funcionar con fondos propios, sin deuda. Y si no poseen recursos propios para algo... que no lo hagan. No hay que crecer con deuda, lo pequeño es hermoso
Una generación de políticos irresponsables, del tipo Pedro Sanchez, apoyados por un ridículo precio del dinero que nunca debió producirse, han endeudado a sus economías hasta límites que simplemente no podrán pagar. Encima, como en economía es la práctica la que crea la teoría, resulta que ese apalancamiento asfixiante ha llevado a un curioso enaltecimiento de lo público e incluso a cierta histeria, como la mostrada el martes por el ministro José Luis Escrivá, ante políticos del PP que, muy moderadamente, intentan bajar los impuestos. Para entendernos, el Estado del Bienestar está en peligro y, como un centralista cualquiera, Escrivá exige la reestatización de los impuestos.
Y el mercado primario volverá a ser la clave de las bolsas. O, al menos, eso debería
Para entendernos, estamos ante la crisis de 'lo público', el gran engaño de los totalitarismos actuales. Dicho de otra forma, el alabado Estado del Bienestar, que ha creado una sociedad del malestar, perpetuamente descontenta y agraviada, ha entrado en crisis terminal. Pero, ojo, esto no es una mala noticia. En cualquier caso, con una deuda creciente el Estado del Binestar sencillamente no es posible, Urge reducir el gasto público para que puedan aumentar los recursos privados.
La recesión que viene será crisis de deuda pública, donde todo lo publico quedará en entredicho. Gobiernos y empresas tendrán que aprender a funcionar con fondos propios, sin deuda. Y si no se poseen recursos propios para algo... pues no se hace. No hay que crecer con deuda, lo pequeño es hermoso.
Al final, es en el siglo XXI donde se librará la batalla de nuestra era: entre lo grande y lo pequeño
Y el mercado primario volverá a ser la clave de las bolsas. O, al menos, así debería ser. Los mercados de valores nacieron para proporcionar fondos al emprendedor, no para jugar en el casino de la plusvalía. Si ahora el mercado primario no alcanza ni el 1% de lo que se negocia en bolsa, deberá recuperar posiciones cuanto antes.
Al final, es en el siglo XXI donde se librará la batalla de nuestra era: entre lo grande y lo pequeño. Y lo primero es desmantelar el Estado del Bienestar y la elefantiasis de lo público, dos realidades en crisis terminal que continúan siendo alabadas desde la tribuna... pública.