El nombramiento de Marc Murtra como presidente ejecutivo de Indra dibuja un nuevo modelo de gobernanza en el que merece la pena detenerse, aunque sólo sea durante unos instantes. Hablamos de un presidente 'ejecutivo-corporativo' y de un CEO 'ejecutivo-comercial'.
Según la nota remitida el martes por la compañía, a partir de ahora, Murtra tendrá una “mayor dedicación a los aspectos corporativo e institucional, a la apertura de relaciones en las geografías en la que Indra no tiene ahora presencia, así como la interlocución con las Administraciones Públicas, Gobiernos y organismos internacionales, dado el contexto geopolítico actual”.
Es decir, la labor de Murtra estará muy enfocada al negocio de Defensa, cuyo desarrollo depende de los Presupuestos Generales del Estado y de los acuerdos entre los países miembros de la Unión Europea. En los planes de Indra está el objetivo de convertirse en el eje de la industria de defensa, tanto española como europea y esa aspiración merece dedicación casi completa.
Ahora bien, esto nos lleva a la segunda derivada: si Murtra se centra en Defensa y Minsait, sigue adelante con su estructura propia bajo el mando de Luis Abril, ¿en qué se está quedando el papel del consejero delegado? Según el comunicado, las nuevas atribuciones de Murtra se ejercerán. “en coordinación con el liderazgo operativo y de negocio del consejero delegado, José Vicente de los Mozos, cuyas facultades delegadas permanecen invariables”.
Luego está el asunto del salario. Pues bien, según el comunicado remitido a la CNMV, Murtra seguirá cobrando lo mismo. “El Consejo de Administración ha acordado aprobar su contrato de prestación de servicios ejecutivos en el que se mantienen las condiciones retributivas actuales y el otorgamiento de poderes suficientes para el ejercicio de las referidas facultades ejecutivas”, afirma. En 2023, Murtra cobró 609.000 euros como no ejecutivo, mientras De los Mozos, que se incorporó en mayo, ganó 1,14 millones. No es habitual que el presidente ejecutivo, sobre todo con esas atribuciones ejecutivas, cobre menos que el consejero delegado.