La Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) está adquiriendo muy malas costumbres. Por ejemplo, ha presentado en Londres los resultados de los últimos test de estrés el viernes 2 de noviembre, día de difuntos. a las seis de la tarde, hora española. Mala cosa.
Sea como fuere, aprueban todos. La primera posición de los bancos españoles es para el Santander, cuyo ratio de capital bajaría del 12,26% con el que comenzó 2017, hasta el 9,72% en 2020, en el escenario adverso. La medalla de plata es para el BBVA que pasaría del 11,67% (2017) al 9,25% (2020). Le siguen Caixabank -del 12,73% al 9,11%- y Sabadell, que pasaría del 13,44% al 8,40% en 2020. Bankia está exenta esta vez porque sigue inmersa en el proceso de fusión con BMN.
Si se fijan, los premios coinciden con el tamaño de las entidades. Cuanto más grande, mejor nota. El apunte no es baladí: el BCE quiere pocos bancos y muy grandes. Solo es cuestión de tiempo que el supervisor europeo comience a exigir ampliaciones de capital a las entidades más pequeñas que no tendrán otra salida que fusionarse o dejarse comer por otra más grande.
Miren por dónde, los 'premios' coinciden con el tamaño de las entidades. Cuanto más grande, mejor nota
En el entretanto, ¿sirven para algo estos exámenes? Sí, sirven para fastidiar a los bancos, que pueden ver perjudicada su reputación corporativa. Porque, el hecho de tener más capital en un escenario adverso, ¿significa que el banco sea mejor? Ni mucho menos. Puede presumir de un capital abundante pero tener un negocio mediocre. Lo dicho, los test sirven para fastidiar. ¡Ah! y para justificar la existencia de muchos trabajadores de la EBA.
Al margen de esto, la semana que ahora concluye nos deja los resultados trimestrales de tres pesos pesados del sector en nuestro país: Bankia, BBVA y Santander. No les ha ido del todo mal a los bancos españoles hasta septiembre: los tres anteriores, más Caixabank, Sabadell y Bankinter, ganaron un 12,2% más que un año antes, hasta los 13.225,4 millones de euros. No está mal, aunque todo su trabajo puede quedar minimizado si el próximo lunes 5 de noviembre, el Tribunal Supremo decide que deben ser ellos quienes paguen el impuesto sobre las hipotecas, y con carácter retroactivo.
Malos resultados para ING
Otro banco que ha publicado resultados, y no muy buenos, ha sido ING. La entidad holandesa ganó un 43,6% menos hasta septiembre porque tuvo que pagar la multa de 775 millones de euros para zanjar las investigaciones relacionadas con las deficiencias en la prevención de lavado de dinero y prácticas corruptas en su filial holandesa, entre 2010 y 2016.
En España, el banco naranja ganó 179.171 clientes desde septiembre de 2017, hasta los 3,84 millones. Tras ‘liquidar’ en junio la Cuenta Naranja, la entidad que dirige César González-Bueno ha utilizado el reclamo de la Cuenta Nómina, que en el tercer trimestre sumó 197.452 nuevos clientes, un 10,3% más que en 2017. Los clientes que tienen a ING como su banco principal ascienden a 2,12 millones.