Tras un duro fin de semana, con abucheos y ‘cobra’ de la princesa Leonor incluida, Pedro Sánchez acudió este lunes a Barcelona para participar en el evento ‘World in Progress’, organizado por el grupo PRISA. Allí, entre otros asuntos como por ejemplo, la internacional ultraderechista, habló de vivienda, uno de los problemas que acechan a la sociedad española.

Hay poca oferta y mucha demanda y, por eso, los precios se han disparado. En cualquier caso, con Sánchez en Moncloa hemos pasado de exigir una vivienda asequible a un alquiler asequible. Una pena.

“Yo no quiero una España donde haya propietarios ricos e inquilinos pobres”, afirmó el presidente del Gobierno, haciendo gala de su gran capacidad demagógica. ¿Por qué un propietario rico conlleva un inquilino pobre? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?

Sea como fuere, lo cierto es que el precio del alquiler en España se ha disparado desde que nuestro amado líder reside en el Palacio de la Moncloa porque hay muy poca oferta y mucha demanda. Poca oferta, primero, porque se construye poca vivienda nueva y, segundo, porque al propietario, no sólo no se le da ninguna garantía ni se le apoya en caso de ocupación, sino que se pretende, además, limitar el pecio del alquiler.

 

Entonces llega Sánchez y nos explica su política de vivienda, ejemplo para el resto del planeta: repartir 200 millones de euros en subvenciones para facilitar el alquiler a los jóvenes y la puesta en marcha de un reglamento para poner coto a los fraudes en contratos de alojamientos turísticos y de temporada.

Sánchez se equivoca porque la solución no puede ser repartir más subvenciones que, por cierto, tendrán el efecto contrario y encarecerán los arrendamientos. La solución pasa por construir más viviendas -y más vivienda social- y por animar a los propietarios para que pongan las suyas en alquiler, sin riesgo de impagos y ocupación.

Por cierto, más bulos Sánchez, además del ya recurrente sobre la caída de la deuda pública (no para de aumentar y va de récord en récord): el número de deshaucios que, según el presidente, ha disminuido cuando lo cierto es que en el segundo trimestre se dispararon un 7,8%, según datos del CGPJ. Tres de cada cuatro se dieron por impago de alquiler.

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Limitar el precio de alquiler tampoco soluciona nada. Es más, empeora la situación, como en Barcelona donde la oferta se ha reducido todavía más tras aplicar el criterio de zonas tensionadas para  topar el precio de alquiler.

En definitiva, tras seis años en el poder, el Gobierno social-comunista de Pedro Sánchez no ha hecho otra cosa más que empeorar el acceso a la vivienda y le echa la culpa a todo el mundo menos a ellos. Es más, incluso hay ministros que se manifiestan contra ellos mismos, como Reyes Maroto, que participó con entusiasmo en la marcha del domingo contra los propietarios… como ella, que tiene tres viviendas en propiedad.

Por cierto, este Gobierno, que protesta contra la carestía de los alquileres parece olvidar que, con su antecesor, y con él, la construcción de vivienda social (antes se llamaba de protección oficial) ha caído a mínimos. 

Añadan la guinda: el Sanchismo avala ahora, no sólo un ataque, uno más, a la propiedad privada, sino que también avala la morosidad, es decir, una ilegalidad.palmaria. Y no quiero explicarles cómo se va a disparar el número de inquiokupas. Todo ello con el majadero del, ojo al dato, "sindicato de inquilinas", animando a las masas a no pagar el alquiler.