La demanda colectiva, presentada en California en 2020 y aceptada por los tribunales en marzo de este año, asciende a 5.000 millones de dólares por vulnerar las leyes de privacidad de aquel Estado. Y es que, según los demandantes, tanto Google como otras compañías pueden seguir rastreando la actividad de los usuarios aunque hayan activado el modo incógnito en sus dispositivos.
“Ahora puedes navegar de forma privada sin que los demás usuarios de este dispositivo vean tu actividad. Sin embargo, se guardarán las descargas, los marcadores y los elementos de la lista de lectura”, asegura Google al abrir el modo incógnito en la versión móvil.
Pero eso va a cambiar. Según El Economista, que recoge una información del portal 9to5google, las nuevas versiones del navegador incluirán una advertencia detallada de lo que hace y no hace el modo incógnito.
Es decir, las verdaderas intenciones de Google han quedado al descubierto: admite que no ha sido del todo claro acerca de la privacidad y ha tenido que esperar a una demanda millonaria para aclarar que el modo incógnito no es tan privado como parece.
Parásito, ladrón, censor y ahora también embustero. Google no se priva de nada.