Este miércoles se cumplen cuatro años de la llegada del Sanchismo a La Moncloa, pero tras los efectos de la pandemia del Covid-19, se está constando no sólo el desastre económico sino también el de su ‘generosidad’. El Consejo de Ministros del 31 de mayo aprobó un rescate a través del fondo de la SEPI de 111 millones de euros para la aerolínea Air Nostrum, la cual está controlada por los fundadores del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI)… que acaban de venderlo al fondo KKR por la friolera de 3.000 millones.
En concreto, se trata de los empresarios valencianos Carlos Bertomeu, Antonio Pellicer y José Remohí. Estos entraron en la citada aerolínea en marzo de 2014, de la que Bertomeu era entonces consejero delegado, aportando unos 25 millones entre capital y deuda. La pandemia del Covid, que ha supuesto un batacazo para todo el sector aéreo mundial, provocó a Air Nostrum unas pérdidas de 129 millones y la petición de ayuda al fondo de la SEPI para empresas estratégicas, que contaba con una dotación de 10.000 millones. Hasta ahora sólo se había repartido el 22% entre 21 compañías, y tras el rescate otorgado a Air Nostrum, la cifra asciende a 2.303 millones (el 23% del total). Pero, ojo, porque no es un cheque a fondo perdido, sino préstamos que hay que devolver.
Se fundó en 1994, con Nefinsa (grupo propiedad de la familia Serratosa) como accionista mayoritario, con un 75,5%; seguido de Caja Duero, con un 22%. En mayo de 1997 firmó un acuerdo de franquicia con Iberia, en 2014 se hicieron con el control los fundadores del IVI y en 2019 los Serratosa salieron
El Gobierno de los socio-comunistas ha apostado por la socialización de las pérdidas, ayudando vía préstamos, pero con demasiada lentitud: el plazo para adjudicar el citado fondo de la SEPI acaba el próximo 30 de junio y por eso ya negocia con Bruselas una nueva prórroga de cuatro meses. Asimismo, hay que destacar el desastre de la política de subvenciones del Gobierno Sánchez en la era Covid, donde ha ofrecido ayudas vía préstamos, ERTE... y eso no ha evitado que llegue algún ERE, como se puede ver en el caso del operador turístico Ávoris -controlado por grupo Barceló y Globalia-, que recibió 320 millones del fondo para empresas estratégicas de la SEPI y ha estado dos años en ERTE por fuerza mayor sin cobrar bonificaciones... para poder hacer despidos. ¡Ole!
Y hablando de Air Nostrum, conviene destacar que es una aerolínea española que se fundó en 1994, tenía como accionista mayoritario a Nefinsa (grupo empresarial propiedad de la familia Serratosa), con un 75,5%; seguido de Caja Duero, con un 22%. En mayo de 1997 firmó un acuerdo de franquicia con Iberia, por el que sus vuelos pasaron a ser comercializados por la aerolínea de bandera española -la cual hoy forma parte del holding aéreo IAG-, y así dejó de tener pérdidas e incrementó sus cifras de pasajeros. Sin embargo, sufrió los efectos de la crisis económica que surgió en 2007 presentando números rojos y costó la recuperación, siendo necesaria la entrada de nuevos inversores (los fundadores del IVI, entre ellos Carlos Bertomeu, que había sido fichado en 1993 por los Serratosa como director de inversiones de Nefinsa) en 2014, volviendo a beneficios. Cinco años después, en 2019, los Serratosa salieron del accionariado, en el que ya sólo tenían un 7%, diciendo adiós a una compañía que crearon y pusieron a volar 25 años antes. En ese año, la cifra de negocio se elevo a 539 millones, pero en 2020, con la pandemia del Covid-19 todo se volvió a poner complicado: las ventas cayeron un 40% y el Ebitda lo hizo en 82,25 millones, provocando unas pérdidas de 144 millones.
Air Nostrum es líder en el transporte aéreo regional en España y una de las cinco empresas más importantes de la Comunidad Valenciana, cuenta con una plantilla de 1.400 empleados directos y 2.100 indirectos, en 2019 facturaba 539 millones, pero en 2020 tuvo unas pérdidas de 144 millones
Y ahora, Air Nostrum, líder en el transporte aéreo regional en España y una de las cinco empresas más importantes de la Comunidad Valenciana, que cuenta con una plantilla de 1.400 empleados directos y 2.100 indirectos, ha recibido 111 millones del Gobierno Sánchez vía SEPI, que se canalizarán en su totalidad a través de un préstamo participativo. Parece un vuelo con demasiadas turbulencias en los últimos años, pero ¿podrá enderezar el rumbo? Esa es la gran incógnita. Por ahora, sólo se sabe que ha retomado las contrataciones de tripulantes de cabina de pasajeros (TCP). Iniciará un proceso de selección en Madrid, Santander, Sevilla y Valencia, entre otras ciudades españolas.
Paralelamente, no hay que olvidar que esta aerolínea que tiene como director ejecutivo a Carlos Bertomeu es dueña del 55% de Intermodalidad de Levante S. A. (Ilsa), la sociedad italo-española que entrará a competir en AVE con Renfe y el francés low cost Ouigo a finales de año a través del tren de alta velocidad Iryo. El 45% restante de Ilsa es propiedad del del operador público ferroviario italiano Trenitalia.
Y por cierto, el Gobierno ya ha ayudado a 22 empresas que consideraba estratégicas, pero aún no ha decidido hacerlo con Abengoa, que pide 249 millones a favor de Abenewco 1, la entidad que agrupa la mayor parte de sus activos y líneas de negocio, para evitar una liquidación inminente el próximo 1 de julio. Los comités de empresa han acordado un encierro en Palmas Altas, donde está su sede central en Sevilla, y dos movilizaciones para que la SEPI responda a la solicitud que le efectuaron el 17 de marzo de 2021. Mientras Abenewco 1 espera recibir 200 millones del fondo de inversión estadounidense TerraMar Capital, que el pasado abril amplió el plazo hasta el 15 de junio para inyectarlos y hacerse con el 70% del capital.