OHLA celebró este viernes su Junta General de Accionistas y lo hizo de manera exclusivamente telemática, de tal manera que ni el Consejo de Administración estaba en la misma sala. Se les veía a través de una pantalla, sentados alrededor de una mesa. Podía ser una grabación y nadie lo habría notado.

Lo que tampoco se percibe en una junta por plasma es el quórum. En este caso concreto, fue de sólo el 29,6%, lo que es muy significativo -sólo los Amodio controlan el 26% del capital- y muestra dos cosas: que a los accionistas prefieren la cosa presencial y, concretamente este caso, que OHLA ya no despierta ningún interés, ni siquiera de los suyos.

Porque este viernes había noticia: la intención de entrar en el capital, de Atitlan, el fondo de capital riesgo liderado por Roberto Centeno y de Coapa Capital, del empresario mexicano Andrés Holzer. Se da la circunstancia de que OHLA anunció el miércoles una ampliación de capital con derecho de suscripción preferente, por valor de 100 millones de euros.

Había asuntos por los que preguntar al presidente, Luis Amodio, pero ningún accionista se molestó en intervenir. No les interesa y la Junta apenas duró 45 minutos.

Volviendo a los entrantes: cuidado, porque los 175 millones que podrían inyectar en la compañía irán a cancelar deuda, no a expandir el negocio. No es una buena señal y muestra el desastre OHLA que, después de tanto tiempo en el dique seco sigue teniendo demasiado apalancamiento.