Una semana después de que DIA presentara unos buenos resultados durante el primer trimestre (las pérdidas se han reducido a la mitad), el foco se fija en la ampliación de capital que se votará en la Junta de Accionistas del día 31. Naturinvest (dueña del 4,01% del capital) y Western Gate Private Investments han pedido a la CNMV que proteja a los minoritarios en la ampliación, porque no les gusta el precio (0,02 euros) ni la relación de canje (de 100 por 13 acciones actuales).

Naturinvest es una sociedad luxemburguesa con la que Grégoire Augustin Bontoux Halley es el segundo accionista de DIA. Se trata de un hijo y nieto de la familia fundadora de uno de los grupos de supermercados que dio origen a Carrefour tras la fusión de Pryca y Continente en el año 2000, y conviene recordar que años después, en 2011, Carrefour decidió escindir el 100% de DIA y sacarla a bolsa.

En un primer momento veían positiva la ampliación de capital, pero han cambiado al conocer los términos: 0,02 euros y la relación de canje (de 100 por 13 acciones actuales)

Por su parte, Western Gate tiene el 2,18% de DIA y es una rama de inversión del family office de Luis Amaral que invierte en empresas privadas y cotizadas del retail y del sector de bienes de consumo. Conviene recordar que este empresario portugués controla el 44,04% del capital de la cadena de supermercados polaca Eurocash.

Naturinvest ha sido la primera que ha pedido a la CNMV que proteja a los minoritarios ante la ampliación de capital en el momento en que se pronuncie sobre sus términos y Western Gate le ha mostrado su apoyo y ha solicitado lo mismo al regulador bursátil. Ambos han señalado que el grupo de distribución que controla el magnate ruso Mikhail Fridman a través de LetterOne “ya no se encuentra en una situación de dificultad que exija un descuento de este tipo”, y aunque en un primer momento veían positiva la ampliación de capital, han cambiado de parecer al conocer los términos.

Western Gate señala “la conversión de deuda en fondos propios basta para situar a DIA en una posición adecuada para abordar el futuro” y por tanto, “las condiciones dilusivas no son necesarias”

Estas dos sociedades han referido los distintos profit warnings, una OPA, una ampliación de capital, las bajadas de rating y la reestructuración que han tenido que afrontar los accionistas de DIA en los últimos tres años. Por ello, consideran que ahora no merecen un tratamiento perjudicial en la nueva ampliación de capital, que se ha duplicado (pasando de los 500 millones anunciados en un principio a los 1.028 millones) y que sería positiva para reducir deuda, pero Western Gate también ha referido que “la conversión de deuda en fondos propios basta para situar a DIA en una posición adecuada para abordar el futuro” y por tanto, “las condiciones dilusivas no son necesarias”.

Naturinvest ha incidido en que la acción está siendo castigada por el largo tiempo que está pasando desde el anuncio de la convocatoria hasta su realización, “un mal innecesario que está provocando un derrumbe del valor de la acción”. Y no hay que olvidar que la cadena de supermercados cotiza a 0,084 euros, lo que supone una depreciación del 98,5% desde que Fridman entró en su accionariado el 28 de julio de 2017, cuando estaba en unos 5,58 euros.

Y en el entretanto, DIA ha sido el que más productos ibéricos falsos ha vendido sin saberlo. Una estafa que ha destapado la Guardia Civil y de la cual ha informado El Economista. La benemérita ha realizado varias inspecciones en empresas del sector alimentario detectando que etiquetaban y utilizaban trazabilidad falsa de productos cárnicos para simular que eran ibéricos, e incluso en algunos casos usaban ilegalmente la imagen de la Denominación de Origen Protegida (D.O.P) Guijuelo para vender los productos. DIA ha sido víctima de esta estafa y ha colaborado para esclarecerla. Conviene recordar que siendo ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el popular Miguel Arias Cañete, puso en marcha un nuevo sistema para proteger el verdadero jamón ibérico y evitar fraudes, pero parece que no ha tenido éxito en esto último: la etiqueta negra es la del auténtico ibérico criado en dehesas, la roja es para el jamón cruzado de bellota, la verde identifica a los jamones de cebo de campo ibéricos alimentados con pienso y bellota, y la blanca es para los que se alimentan sólo con pienso.