En The Walt Disney Company no todo es colorido. Así se refleja en un sorprendente cambio que se ha producido en su cúpula: se ha cargado al CEO, Bob Chapek, tras varias polémicas, desplome bursátil del 41% este año, cifras decepcionantes en su cuarto trimestre fiscal y anuncio de ralentización en streaming (negocio que sigue en pérdidas y no será rentable hasta el ejercicio 2024). Y aún ha sorprendido más a quién se ha elegido para sustituirle: a Bob Iger (71 años), que dejó la factoría de Mickey Mouse hace casi un año, en concreto el pasado 31 de diciembre.
En el gigante de ocio y entretenimiento se vuelve a pasar de un Bob a otro. Recuerden que Chapek (62 años) asumió el cargo de CEO de manos de Iger el 25 de febrero de 2020, ascendiendo desde el negocio de los parques temáticos (donde fue el promotor de los desfiles del Orgullo LGTBI) y tras haber pasado por la venta doméstica de películas y el negocio de merchandising. Una elección que sorprendió por los desacuerdos que tenía con Iger y que motivaron que este último se mantuviera como presidente hasta el 31 de diciembre de 2021, cuando sólo se atrevió a dejar las riendas en manos de Susan E. Arnold para que Disney pudiera presumir de ser muy progre y tener su primera presidenta lesbiana.
Chapek provocó una fuerte polémica con la actriz Scarlett Johansson al estrenar 'Black Widow' a la vez en cines y en Disney+, provocando una demanda de la actriz por incumplimiento de contrato y viéndose obligado a cerrar el caso con un acuerdo millonario
Chapek accedió al cargo de CEO, pese a que tenía escasa experiencia cinematográfica, y algunos referían que había otros candidatos con más apoyos. Por ejemplo, Thomas O. Staggs, quien había dejado Disney en mayo de 2016, tras haber sido director de Operaciones; estar al frente del negocio de Parques, Experiencias y Productos -siendo predecesor de Chapek en el mismo-; y haber sido director financiero. También estaba Kevin Mayer como candidato, que sorprendentemente meses después cambió Disney por TikTok. Este último se había incorporado a la factoría de Mickey Mouse en 1993, como Chapek, y también había tenido papel en el negocio del streaming. El cese de Chapek llama la atención porque el pasado junio fue renovado como CEO por tres años, pero parece que los últimos resultados y el desplome de la cotización, así como algunas polémicas le han pasado demasiada factura.
Al poco de incorporarse al cargo de CEO, Chapek tuvo que lidiar con el Covid y el batacazo que supuso para el negocio de parques y por ende para los resultados totales del gigante de ocio y entretenimiento. A pesar de que a finales de 2020 anunció 50 estrenos donde no faltarán ejemplos de la agenda LGTBQ, también ha perdido algunas películas con elementos de dicho colectivo que se estrenaron en plataformas de streaming rivales (por ejemplo, Nimona, en Netflix; o Todos hablan de Jamie, en Amazon Prime Video). Asimismo, provocó una fuerte polémica con la actriz Scarlett Johansson al estrenar Black Widow a la vez en cines y en Disney+, provocando una demanda de la actriz por incumplimiento de contrato y viéndose obligado a cerrar el caso con un acuerdo millonario. Y a esta polémica se sumó el conflicto con el gobernador del estado de Florida, el republicano Ron DeSantis, que estaba dispuesto a revocar el autogobierno del distrito especial que alberga el parque temático Disney World, es decir, a poner fin a sus privilegios fiscales. Esta fue la respuesta de DeSantis a la suspensión de donaciones en dicho estado por parte del gigante de entretenimiento y a sus críticas a la ley que prohíbe adoctrinar a niños en ideología de género en las escuelas.
Chapek tuvo un conflicto con el gobernador del estado de Florida, el republicano Ron DeSantis, que estaba dispuesto a revocar el autogobierno del distrito especial que alberga el parque temático Disney World, es decir, a poner fin a sus privilegios fiscales. Esta fue la respuesta de DeSantis a la suspensión de donaciones en dicho estado por parte de Disney y a sus críticas a la ley que prohíbe adoctrinar a niños en ideología de género en las escuelas
Sin embargo, parece que todo esto era más o menos llevadero para Disney, pero no el tema de los números. Este año la acción acumulaba una depreciación bursátil del 40% y a pesar de cerrar su último año fiscal (octubre 2021 a septiembre 2022) disparando beneficio neto (+58%) e ingresos (+23%), ha decepcionado con los números de su cuarto trimestre fiscal, que han sido menores a los esperados, y también ha preocupado que Chapek avisara de ralentización en streaming en los próximos meses. Un negocio que hasta ahora crece en usuarios, aunque lanzará un servicio más barato incluyendo anuncios (algo por lo que también apuestan otras muchas plataformas), y que se mantiene en pérdidas: se baraja que sea rentable en el ejercicio fiscal 2024.
Algo que ya no verá Chapek. Y es que si tras los últimos resultados, The Wall Street Journal revelaba una comunicación interna de Chapek anunciando recortes que incluirían despidos, nadie imaginaba que se incluyera el suyo... y mucho menos que se recuperara a Iger para relevarle. “La Junta ha concluido que a medida que Disney se embarca en un período cada vez más complejo de transformación de la industria, Bob Iger se encuentra en una posición única para liderar a la Compañía a través de este período crucial”, señala Arnold en el comunicado oficial. Mientras Iger, en un comunicado interno del que se ha hecho eco Espinof, hablaba de una “increíble sensación de gratitud y humildad -y, debo admitir, un poco de asombro-, al tiempo que también refería: “Sé que esta compañía os ha pedido mucho durante los últimos tres años, y esos tiempos continúan siendo bastante desafiantes, pero como me habéis oído decir antes, soy un optimista, y si he aprendido algo de mis años en Disney, es que incluso enfrentándose a la incertidumbre -tal vez especialmente afrontando la incertidumbre- nuestros empleados y miembros del equipo logran lo imposible”.
¿Y cómo ha reaccionado la acción? Con subida del 6%, por lo que la depreciación acumulada este año baja al 37,7%... parece que los inversores sí confían en que Iger enderece el rumbo, al menos, por ahora
Iger no es cualquiera dentro de Disney, sino que este estadounidense de origen judío lo convirtió en un gigante del entretenimiento, impulsando varias compras (Pixar, Marvel, Lucasfilm y 21st Century Fox). Tampoco se esperan cambios en el contenido ni en la ideología, porque ya en la anterior etapa de Iger se vio que la que antaño era la multinacional de la inocencia creando contenidos para niños ahora opta porque estos no sean una propuesta inocente, sino adoctrinamiento (o “corrupción de menores”, según el líder de Vox, Santiago Abascal). El principal motivo de esto es que Disney sigue fielmente el pensamiento políticamente correcto que impulsa el Nuevo Orden Mundial (NOM), es decir: ideología de género (feminismo y homosexualismo) y ateísmo (o sea, mucho panteísmo, nada de Dios -en Frozen 1 se prohibió la palabra Dios, y en la película biográfica Tolkien se marginó el catolicismo del autor de El hobbit, El Señor de los Anillos y El Silmarillion)- e incluso se da protagonismo al demonio). Al adoctrinamiento de niños, se suma el fomento de la cultura de la muerte al defender el aborto (incluso paga los gastos de viaje de las empleadas que decidan asesinar a los bebés que crecen en sus vientres) y la reducción de los beneficios por paternidad. Y por cierto, seguirá habiendo agenda LGTBI en contenidos (la última muestra llegará a los cines con Mundo extraño) porque Susan E. Arnold no sólo pertenece al colectivo, sino que presume orgullosa de ello y ya lo pregonaba en sus tiempos dentro de Procter & Gamble. ¿Y cómo ha reaccionado la acción? Con subida del 6%, por lo que la depreciación acumulada este año baja al 37,7%... parece que los inversores sí confían en que Iger enderece el rumbo, al menos, por ahora.
Y por cierto, dentro de Disney, además de la agenda LGTBI, no hay que olvidar la preocupante falta de ideas. Esto se hará patente en algunos de los próximos estrenos, como: Avatar 2, Del Revés 2 o una película sobre Mufasa, uno de los personajes de El Rey León.