En la política, el Gobierno sigue en funciones y Pedro Sánchez continúa cediendo en todo para lograr el apoyo incluso de los enemigos de España, como se ve con el sonado acuerdo con ERC y el más que previsible que se alcanzará con Junts, el cual tiene una exigencia junto con el PNV (fusión entre BBVA y Caixabank); y también está pasando del socialismo al comunismo para seguir en La Moncloa sí o sí, como se puede ver en sus pasos en Telefónica. Pero Sánchez tiene otro lío en las filas de su Ejecutivo: el pulso por la vicepresidencia primera entre Teresa Ribera y Yolanda Díaz, ¿a quién contentará?

La vicepresidenta ecológica ocupa la vicepresidencia tercera, ahora en funciones, al tiempo que es ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfica, pero ahora quiere más. En concreto, aspira a la vicepresidencia primera para tener más peso político de cara a las elecciones europeas que se celebrarán en 2024. ¿Para qué? Sencillo, quiere dar el salto y ser comisaria europea, tras apuntarse el tanto de que la pequeña reforma del mercado eléctrico de la Unión Europea se está llevando a cabo mientras España ocupa la presidencia rotatoria de la UE, aunque el acuerdo alcanzado no ha tenido en cuenta demasiado las ideas principales de la propuesta de nuestro país y además ha valorado a la energía nuclear.

A Ribera sólo le importa lo verde y ya habla hasta de ‘genocidio’ climático, pero le da igual que todo lo verde sea caro y no se aclara el coste del transporte de la energía, pues deben elevarse notablemente las inversiones en redes. Y ojo, porque el mercado sabe que la Agenda 2030 es imposible y que la transición energética se va a ralentizar sí o sí, además, cree que el gas se va a necesitar durante mucho tiempo.

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Por su parte, Yolanda Díaz ejerce actualmente como vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, pero también quiere más: la vicepresidencia primera, para hacer valer el respaldo que Sumar ha dado a Sánchez, con mucho cariño, para un nuevo Gobierno progresista. Claro que este último no parece tenerlas todas consigo y recuerden que ya guardó la vicepresidencia primera para alguien del PSOE (en su momento Carmen Calvo) cuando el podemita Pablo Iglesias entró en el Gobierno, a quien dejó la vicepresidencia segunda. Y por cierto ocurrencias como la reducción de la jornada laboral con el mismo sueldo o la prohibición de los vuelos cortos si hay alternativa en tren no están gustando a las empresas ni a los ciudadanos. Y encima España sigue liderando el paro en la OCDE, en la UE y en la eurozona

Una vez que Sánchez venda lo poco que queda y ate los últimos apoyos para la investidura, esta tenga fecha y se produzca, tocará hablar de la formación del nuevo Gobierno y decidir cuántas vicepresidencias y quiénes las ocupara. Eso sí, en el pulso de Ribera y Díaz por la primera no hay que olvidar que tienen posibilidades si Nadia Calviño se va al BEI… y esta última cree que así sucederá. Veremos.