Duro Felguera supone una muestra del desastre de las ayudas públicas entregadas por socialistas, en concreto por Pedro Sánchez y Adrián Barbón. Y es que ha pedido preconcurso de acreedores, 15 días después de haber trasladado a la plantilla que no se lo planteaba.
Con el citado preconcurso de acreedores, solicitado ante los Juzgados de lo Mercantil de Gijón, la ingeniería asturiana pretende empezar una negociación para aprobar un plan de reestructuración que permita su viabilidad futura y la conservación del mayor número de empleos (actualmente cuenta con unos 1.500). Veremos si lo consigue o no, porque su crisis dura ya varios años... y las ayudas públicas parece que han servido de poco. Por ahora, en una carta a la plantilla, el presidente de la compañía, Eduardo Espinosa, ha culpado a proyectos deficitarios como el de Djelfa (Argelia) de la crisis y ha señalado que el preconcurso de acreedores no implica el cierre. Tanto el Gobierno asturiano como los sindicatos confían en que el preconcurso de acreedores permita la viabilidad de la compañía.
El presidente de Duro Felguera, Eduardo Espinosa, culpa a proyectos deficitarios como el de Djelfa (Argelia) de la crisis y señala que el preconcurso de acreedores no implica el cierre
Recuerden que Duro Felguera recibió un rescate de 120 millones de euros del fondo para empresas estratégicas de la SEPI (nutrido con fondos europeos) por parte del Gobierno Sánchez en la primavera de 2021: en concreto, 70 millones en préstamo participativo, 30 millones en una ampliación de capital y 20 millones en un préstamo ordinario... que se deberá devolver. A dicho rescate se sumó otra ayuda de 6 millones por parte del Principado de Asturias. En enero del año pasado, estaba en riesgo de quiebra y buscando inversores, a pesar de que acumulaba más de 200 millones de euros entre ayudas, refinanciación y avales… que deberá devolver: a las cifras ya citadas, se sumaba otro acuerdo de refinanciación con la banca acreedora (incluyendo conversión en préstamo participativo de parte de la deuda) y una línea de avales revolving por 80 millones con cobertura de la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (CESCE) en un 70%, y además, había pedido un crédito de 36 millones con aval del ICO a la banca acreedora.
A las ayudas públicas y los préstamos, Duro Felguera sumó un cambio relevante en su accionariado: pasó a ser en un 54,66% de portugueses y mexicanos. Grupo Promotor de Desarrollo e Infraestructuras (Prodi), controlado por el mexicano José Miguel Bejos y que se dedica al diseño y la construcción de proyectos de infraestructuras; y Mota-Engil-México, una empresa especializada en construir y gestionar infraestructuras que es propiedad al 51% de la constructora portuguesa Mota-Engil (presidida por Antonio Vasconcelos Mota dos Santos) y en un 49% de Prodi. Estos nuevos accionistas aportaron 90 millones.
Hace poco más de dos semanas, la CNMV suspendió su cotización, tras caer un 20% al conocerse el arbitraje de 413 millones solicitado por Sonelgaz debido a la suspensión del proyecto en Djelfa (Argelia)
Sin embargo, ni las ayudas ni el cambio en el control han servido para mejorar la situación de la ingeniería asturiana. Hace poco más de un mes, Jaime Argüelles dimitió como CEO, cargo que ostentaba desde la primavera de 2021... cuando fue impuesto por la SEPI. Asimismo, se hizo un cambio en la Presidencia: el mexicano Jaime Isita pasó a vicepresidente y cedió su silla a Eduardo Espinosa “por su conocimiento profundo de la compañía y su residencia en Gijón”. Y como guinda a los cambios, se nombró como director económico-financiero a Guillermo de Alba Rodríguez y como directora de asesoría jurídica a Susana Santos Álvarez.
La crisis se ha ido agudizando en las últimas semanas, sobre todo, a raíz del arbitraje de 413 millones que pide la energética argelina Sonelgaz por la suspensión del proyecto en Djelfa (Argelia). Esto provocó que la caída de la cotización de Duro Felguera en un 20% y que la CNMV decidiera suspender su cotización. El citado proyecto se trata de una central térmica de ciclo combinado y se firmó en 2014 por 544 millones, pero ha tenido numerosos retrasos por distintas cuestiones, desavenencias e incumplimientos del cliente (hasta se firmó un protocolo de acuerdo a finales de 2021 y se cambió el contrato en abril de 2022), y el ritmo de las obras no ha avanzado mucho ni ha cumplido la programación prevista. El pasado junio, la ingeniería asturiana decidió suspender los trabajos en Djelfa “ante la necesidad de ajustar el contrato a la realidad concurrente”, algo que no gustó nada a Sonelgaz... y hace unas semanas decidió pedir un arbitraje..., llevando a que la ingeniería provisionara 99 millones.
En el primer semestre de este año tuvo unas pérdidas de 26,3 millones y, tras pedir el preconcurso de acreedores, reexpresa las cuentas del primer semestre de 2023: ahora reconoce unos rúmeros rojos de 52,4 millones, frente al beneficio de 1,6 millones referido anteriormente
Esto último ha agravado aún más la delicada situación económica de Duro Felguera, que en el primer semestre de este año había reconocido unas pérdidas de 26,3 millones. Eso sí, tras solicitar el preconcurso de acreedores, la ingeniería asturiana ha reexpresado sus cuentas del primer semestre de 2023: ahora refiere unos números rojos de 52,4 millones, debido al impacto negativo del proyecto de Djelfa, frente al beneficio de 1,6 millones que había registrado anteriormente. Y por cierto, no hay que olvidar que la CNMV (el regulador bursátil que cumple 35 años y que dejará de presidir Rodrigo Buenaventura, a quien sustituirá Carlos San Basilio) tiene la lupa en sus cuentas por la contabilización de los pleitos en el exterior, entre ellos el que tiene por el citado proyecto en Djelfa. Asimismo, en la información remitida a la CNMV, se recogen un fondo de maniobra negativo de 123 millones y un patrimonio neto contable negativo de 220 millones al cierre de 2023.
Por cierto, al cierre de la sesión bursátil de este jueves, la CNMV ha acordado levantar la suspensión de la cotización de Duro Felguera que mantenía desde el pasado 25 de noviembre. Habrá que ver cómo reacciona mañana.