A Ebro Foods le fue muy bien en 2023, tras un 2022 en el que resistió el temporal de inflación sin trasladar al 100% a los precios (lo que redujo beneficio neto y márgenes). De hecho, el grupo ha presumido de haber culminado “el mejor ejercicio de nuestra historia”, superando las cifras obtenidas cuando aún poseía las división de pasta seca en Norteamérica y Francia.

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El líder mundial en arroz y segundo fabricante de pasta puede hacerlo gracias a los costes más razonables en logística y energía, así como a su sólida cadena de suministro y eficiente gestión de inventarios, y la entrada en funcionamiento de sus últimas inversiones. También ha contribuido la subida selectiva de precios, después de que en 2022 redujera márgenes y ganancias.

En 2023, las ventas del grupo que tiene como presidente ejecutivo a Antonio Hernández Callejas han crecido un 3,9%, a 3.084,46 millones. En esto ha contribuido el alza del 4,9% en las de arroz, hasta 2.443,7 millones, incluso con la menor inflación en el último trimestre. Por su parte, las ventas de pasta se han mantenido estables, situándose en 652,2 millones.

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La deuda neta también trae buenas noticias: baja en 192,2 millones, a 570,4 millones. Y todo ello, en un contexto de importantes inversiones en crecimiento orgánico

Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) del Ebro Foods (dueño de SOS, Brillante, La Fallera y Garofalo, entre otras marcas) ha subido un 15,7%, a 387,1 millones, siendo “uno de los mejores ebitda de la historia” del grupo, gracias principalmente a la moderación de precios de algunas materias primas y a la relajación de los costes del transporte y la energía. El negocio de arroz ha aportado 310,99 millones (+7,3%) al citado hito y el de pasta, 90,435 millones (+54,6%), tras recuperar la rentabilidad en todos sus negocios. Ante estas cifras, el margen ebitda ha pasado del 11,3% al 12,6%, lo que supone una notable mejora de la rentabilidad. El resultado neto de explotación (ebit) ha aumentado un 21,7%, a 284,3 millones. Y el beneficio neto se ha disparado un 53,2%, al récord de 186,94 millones, y recoge un pequeño extraordinario (1,8 millones de la venta de la fábrica de Woodland), frente a los 122 millones ganados en 2022 (incluyendo una pérdida extraordinaria de 20 millones al vender Roland Monterrat) y los 238,63 millones de 2021 (donde se incluían plusvalías por las desinversiones en pasta seca).

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La deuda neta también trae buenas noticias: ha bajado en 192,2 millones, a 570,4 millones. Y todo ello, en un contexto de importantes inversiones en crecimiento orgánico. Una ejercicio histórico que Ebro Foods quiere compartir con sus accionistas y propondrá a la Junta de Accionistas un aumento del 15,8% en el dividendo, a 0,66 euros brutos por acción, algo que ha aplaudido el mercado: la cotización ha tenido un alza del 0,55%, frente a una bajada del Ibex 35 del 0,67%. Y esto también gustará a sus accionistas: el principal es la familia Hernández, dueña del 15,922% repartido a partes iguales (del 7,961%) entre las sociedades Hercalianz Investing Group y Grupo Tradifin; le siguen Corporación Financiera Alba, el vehículo de inversión de los March, con el 14,004%; Damm, con un 11,686%; y la SEPI con un 10,36%; entre otros.