La economía europea se está enfriando y la española, también, aunque este año crecerá un 2,2%, según las previsiones económicas publicadas este lunes por la Comisión Europea. Son tres décimas más que la anterior previsión y confirma que España cerrará 2023 mejor que la Eurozona, cuyo crecimiento no superará el 0,8%, frente al 1,1% previsto en mayo. Pero no se engañen: esto no implica necesariamente que nuestro país vaya mejor que el resto, ya que ha sido uno de los últimos -o el último- en recuperar el nivel de crecimiento previo a la pandemia. España fue el que más cayó y el que más tarde se ha recuperado. No, la economía española no va como una moto, como dijo Pedro Sánchez hace unos meses.
Así las cosas y tras un verano muy positivo para el turismo, al menos en número de visitantes -los beneficios de las empresas se vieron impactados por la inflación-, Bruselas prevé que la economía española se vaya enfriando durante el segundo semestre y, al menos, hasta junio de 2024, de tal manera que cerrará el año próximo con PIB del 1,9%, inferior al 2% estimado anteriormente. El crecimiento de la Eurozona también se frenará: será del 1,3%, frente al 1,6% estimado en mayo.
En cuanto a la inflación, en España cerrará en el 3,6% este año y se reducirá hasta el 2,9% en 2024. Ante la propaganda del Gobierno no conviene perder de vista lo que esto significa: que los precios seguirán subiendo, incluso respecto a los de 2022, cuando la inflación ya estaba disparada.
En la Eurozona, la inflación media se situará en el 5,6% este año y bajará hasta el 2,9% en 2024, por encima del objetivo del BCE, que es el 2%.