Lo cuenta El Economista, Larry Fink, el hombre de BlackRock, el mayor inversor en empresas cotizadas españolas: asegura que la inteligencia artificial será quien destruya la inflación porque, atención, “la IA paliará el colapso de la productividad”. Es una falsa mentira. Es decir, una verdad, una mentira y una ocultación. Total: un enorme embuste.
La mentira: la Inteligencia Artificial no existe: si es inteligencia no es artificial y si es artificial no es inteligente. Lo que existe es la capacidad de mala uva de un ser humano que introduce, con perversas intenciones, una ecuación en una máquina, es decir, en un aparato idiota pero que repite lo que le han introducido a una velocidad de vértigo y sin error alguno. Así, la maldad analógica se multiplica al convertirse en maldad digital... contra el analógico ser humano.
¿Entonces la inteligencia artificial no existe pero es peligrosa? Exactamente. Tampoco existen los venenos inteligentes -sólo los asesinos que los utilizan- pero no por ello los venenos dejan de ser peligrosos.
Pues bien, esta es la gran mentira de Larry Fink. Ahora bien, el redicho director del fondo de capital riesgo más poderoso del mundo, partícipe en muchas, demasiadas, grandes empresas, expone una verdad, una mentira... y esconde algo. Una combinación que acaba en el tipo de embuste más peligroso de todos: aquel que corre paralelo a la verdad.
La primera verdad del amigo Larry es que la actual crisis inflacionaria no tiene por origen una guerra, una escasez de un producto determinado o que un par de jeques hayan decidido fastidiar a Occidente reduciendo la producción de petróleo y encareciendo la energía, ese bien que dispara los precios, no de algunos productos, sino de todos los productos. No, la crisis actual es una crisis de lo que, con mucho rigor, afirma el señor Fink: la incapacidad de las sociedades del siglo XX para producir más, el “colapso de la productividad”. Y claro: si hay menos productos y más dinero en circulación, los precios se disparan.
La inteligencia artificial no es inteligente pero es peligrosa. Tampoco los venenos son inteligentes pero son peligrosos... como Larry Fink
Pero no sólo es eso: la agricultura europea es en donde mejor se deja ver la descripción de don Lawrence.
Ese hombre inteligente que es don Pedro Sánchez presentó su semestre de Presidencia honorífica de la UE con el Pacto Verde europeo por bandera. ¿Saben ustedes lo que significa el Pacto Verde europeo: intensificar la política agraria común (PAC). Es decir, subvencionar al agricultor europeo para que produzca menos en sus campos, con lo que subirán los precios, y prejubilar a los agricultores. Y una vez que los hayas jubilado, no encontrarás otros agricultores para sustituirlos.
Lo mismo ocurre con la Agenda 2030: me cargo la energía nuclear y así encarezco la energía llamada verde y... colapso la productividad. Todo sea por el planeta.
A ver, en el Occidente actual estamos ante una crisis de exceso de liquidez. Christine Lagarde hace bien en subir los tipos de interés porque vivimos en un océano de liquidez que nos asfixia, sí, pero mucho me temo que la inflación actual no se debe -no sólo- al exceso de liquidez sino que con ello no va a apuntar hacia la corrección del IPC, cuya causa es el colapso de la producción, la gran verdad de Larry.
Se trata de cambiar el paradigma: dejar de adorar al planeta y de inclinarnos ante la diosa Gaia y volver al mandato bíblico: henchid la tierra y sometedla. La economía primero, la ecología después. Primero el hombre, luego el planeta.
¿Qué maquina te sustituirá a ti? No, lo que hoy habría que preguntarse es qué inteligencia artificial, creada por un hombre, te sustituirá a ti
O sea, por una parte, hemos creado una sociedad de vagos redomados y una economía subvencionada. Por eso nuestra encantadora vicepresidenta, doña Yolanda Díaz, intenta fomentar la jornada de cuatro día laborales. Di que sí, Yolandísima. No queremos ganar más, lo cual ahora mismo resultaría muy loable, queremos trabajar menos. Y así, claro, como que no hay manera.
Ahora bien, a Larry Fink no le preocupa que la economía vuelva a primar sobre la ecología, se lo aseguro: lo que le preocupa es que si la productividad no remonta, la inflación se comerá los beneficios de BlackRock y a él le echarán.
En cualquier caso, ha acertado al decir que la causa de la inflación no es el precio de la energía sino el “colapso de la productividad”.
El segundo embuste de Larry es mucho más simple y responde a la siguiente pregunta. ¿Por qué será la IA quien destruya la inflación? Pues porque, en efecto, la inteligencia artificial produce más que la inteligencia natural, aunque carezca de originalidad, aunque no piense. Si una empresa gana en inteligencia artificial, la máquina producirá más... pero ojo, lo hará en detrimento del trabajador, cada vez menos necesario.
Una verdad y dos embustes; la gran mentira de Larry Kink. Bueno, o la falsa verdad.
¿La solución? Lo que haría temblar a Larry Fink: el distributismo, aquella teoría que pretendía volver a lo pequeño, a las pequeñas unidades producción y prohibir todo lo grande, Estados o empresas, porque lo grande resulta ingobernable e inhumano. Pero, también porque lo pequeño es más productivo que lo grande. Entonces ¿la globalización es inhumana? Sí, lo es.