Energías de Portugal (EDP) sube en bolsa más de un 3,6%, tras haber publicado sus resultados de los nueve primeros meses a cierre de mercado del día anterior. Estos no han sido tan regulares como los de su filial verde (EDPR) gracias a que el negocio de redes del electricidad en Brasil y la recuperación de la producción hídrica en la Península Ibérica han compensado la caída en renovables… provocada principalmente por la venta de activos y que lleva a plantearse la pregunta de si EDPR puede dejar de ser su joya de la corona.
La energética portuguesa, que está controlada por los chinos de CTG (dueños del 21,08% del capital), ha notado los menores precios mayoristas de electricidad -el precio de venta ha descendido un 4%, a 59,4 euros por megavatio-hora (MWh)-. Claro que también ha influido el hecho de que sólo ha incrementado la producción de energía un 4%, pese al alza de la generada en renovables (+18%, gracias, en gran parte, a la subida del 33% en la hidroeléctrica de Portugal y España), por la caída en la procedente de combustibles fósiles. Por su parte, la capacidad instalada total ha aumentado un 3%, a 29.391 megavatios (MW), de los que 16.800 MW (+11%) son verdes.
La deuda neta se ha incrementado, pasando de 15.300 millones a 17.343 millones, por las inversiones (3.400 millones) en la expansión de proyectos renovables y de expansión de las redes eléctricas en Portugal, España y Brasil… y por el pago de dividendos
El resultado bruto de explotación (ebitda) de la energética que dirige Miguel Stilwell sólo se ha incrementado un 1,1%, a 3.879 millones. De estos, 2.635 millones han procedido de renovables (1.294 corresponden a EDPR, un 9% menos; y 1.340 millones a hidroeléctrica) y 1.270 millones han sido aportados por el negocio de redes de electricidad, que ha crecido en 154 millones. El resultado neto de explotación (ebit) ha ascendido a 2.578 millones y el beneficio neto recurrente ha alcanzado los 1.095 millones.
Por su parte, la deuda neta se ha incrementado, pasando de 15.300 millones a 17.343 millones, por las inversiones (3.400 millones) en la expansión de proyectos renovables y de expansión de las redes eléctricas en Portugal, España y Brasil… y por el pago de dividendos (algo donde los más agraciados son los chinos de CTG, al ser el primer accionista). Así, el ratio de deuda neta sobre ebitda ha pasado de 3,3 veces a 3,6 y se han incrementado los costes financieros (+3%).
Y de cara al conjunto del año, EDP prevé obtener un ebitda de cerca de 5.000 millones y un beneficio neto de 1.300 millones. Veremos si los logra… o no.