El verano ha acelerado la positiva evolución que estaba experimentando el turismo desde enero, con aumentos, tanto del número de visitantes como, más importante, el aumento del gasto. Así, en el tercer trimestre (julio-septiembre), la actividad turística alcanzó un 17,3% en términos de PIB nominal desde el 16,7% del segundo trimestre.
Ahora bien, y esta es una de las claves de lo que está sucediendo, este crecimiento tiene mucho que ver con la inflación, de tal manera que, eliminado el aumento de los precios, el PIB turístico apenas se eleva el 2,4% frente al año 2019, según Exceltur, que este martes ha presentado su valoración del tercer trimestre y sus perspectivas para el cuarto.
En este contexto, las empresas turísticas en general aumentaron la facturación un 14,6% por encima de 2019. En los extremos encontramos a los hoteles, con un crecimiento del 17,8% y, en el otro, las compañías de alquiler de coches, que sólo aumentaron las ventas un 5,3%.
Dicho esto, lo cierto es que las compañías todavía no han compensado, en general, lo perdido durante la pandemia. Los resultados han sido buenos este verano, pero las empresas de hostelería se sitúan un 22,1% por debajo de los resultados que deberían haber generado teniendo en cuenta su evolución entre 2015 y 2019. Las agencias de viajes, un 25,4% inferior y el transporte aéreo, un 9,2% menos. Mientras, la empresa media española está un 26,2% por encima.
Es decir, el turismo crece y crece bien, pero viene del parón total que supuso la pandemia y que no todas las empresas abordaron de la misma manera. En líneas generales, las que están actualmente en una peor situación son aquellas a las que el confinamiento pilló con niveles de deuda elevados. Tampoco pueden cantar victoria las que tuvieron que solicitar un crédito ICO y ahora tienen que devolverlo. La casuística, como se pueden imaginar, es enorme y no se puede delimitar a ningún subsector de actividad.
Los resultados han sido buenos este verano, pero las empresas de hostelería se sitúan un 22,1% por debajo de los resultados que deberían haber generado teniendo en cuenta su evolución entre 2015 y 2019. Las agencias de viajes, un 25,4% inferior y el transporte aéreo, un 9,2% menos. Mientras, la empresa media española está un 26,2% por encima
La clave está en los márgenes del negocio que “para algunas compañías están siendo muy difíciles de mantener”, ha afirmado José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur. Así, mientras los precios han aumentado un 18%, los costes se han disparado por encima del 20% en muchos casos: los carburantes un 38%, los suministros un 27% y electricidad y gas un 26,3%. Los costes salariales, por su parte, se han incrementado un 19,8% y los financieros un 10,8%, un repunte prácticamente inédito.
Sea como fuere, la patronal confía en un final de año todavía mejor, con un aumento del 15,8% de la actividad, respecto al mismo periodo de 2019 de tal manera que el peso del turismo alcanzará el 12,6% del PIB este ejercicio e igualará la cifra de 2019.
Como en anteriores ocasiones, las viviendas turísticas ilegales -este matiz es fundamental- fueron, otra vez, protagonistas. “Nosotros somos un país de pícaros”, afirmó Zoreda, quien culpó, no a la falta de regulación, sino al hecho de que no se cumple. “Todas las Comunidades Autónomas la tienen, pero no se cumple”, destacó. Precisamente, la proliferación masiva de viviendas turísticas ilegales, sobre todo en el centro de grandes ciudades y en zonas costeras, y las negativas consecuencias que están teniendo en los ciudadanos locales, será uno de los asuntos clave del nuevo proyecto que presentará Exceltur en vísperas del próximo Fitur y que lleva por nombre “El turismo que todos queremos”.
Por cierto, Zoreda volvió a reclamar que los fondos europeos Next Generation lleguen a las empresas turísticas aunque no tiene mucha fe en que vaya a suceder, después de que los primeros fondos no llegaran a pesar de la insistencia de la patronal. En cualquier caso, son sólo 1.000 millones sobre el total de 92.000 millones.