Estamos en plena celebración de la COP29, donde la hipocresía vuelve a ser elevada, pues Pedro Sánchez ha acudido con ¡dos aviones! y se celebra en Azerbaiyán, un país que destaca por su gas natural. Un contexto peculiar en el que Shell ha ganado una sentencia histórica... y ya no tendrá que reducir sus emisiones de CO2 un 45% para el año 2030.
La justicia neerlandesa ha dado la razón a la petrolera al tener en cuenta la apelación que había presentado contra una sentencia que se emitió en 2021 y que le obligaba a la citada reducción de emisiones respecto a las emitidas en 2019. Por tanto, se ha anulado el fallo judicial de 2021, que se produjo tras una demanda de la ONG Amigos de la Tierra Países Bajos (Milieudefensie), y que fue uno de los motivos que llevaron al traslado de la sede fiscal de la petrolera a Londres, donde ya tenía la sede social desde 2005. Una buena noticia que se conoce casi dos semanas después de sus últimos resultados, que no fueron buenos, pues ha tenido menos ingresos y beneficio hasta septiembre.
El Tribunal de apelación, situado en La Haya, ha señalado que “Shell tiene la obligación de reducir sus emisiones de CO2 en beneficio de los ciudadanos. Esta obligación deriva del derecho humano a la protección contra el cambio climático peligroso”. Sin embargo, no le ha impuesto ningún porcentaje concreto porque considera que no sería efectivo: “Shell podría cumplir con esta obligación dejando de comercializar combustibles adquiridos de terceros, pero otras empresas asumirán esa actividad. Así, en términos netos, no se lograría una reducción de emisiones de CO2”. Además, ha añadido que “en la ciencia climática actual no hay consenso suficiente sobre un porcentaje específico de reducción que una empresa individual como Shell deba cumplir”.
El Tribunal de apelación, situado en La Haya, señala que “en la ciencia climática actual no hay consenso suficiente sobre un porcentaje específico de reducción que una empresa individual como Shell deba cumplir
No olviden, que el Acuerdo de País alcanzado en la COP21 en 2015 fijó objetivos a largo plazo, entre los que estaba reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el aumento de la temperatura global a 2 grados y esforzarse a limitarla a tan solo 1,5 grados, pero no dio porcentajes concretos... Por su parte, la Unión Europea se ha comprometido para 2030 a reducir sus emisiones en, al menos, un 55% respecto a las de 1990.
La sentencia a favor de Shell, contra la que aún cabe recurso ante el Supremo, llega meses después de su repliegue ecologista, pues la petrolera anglo-neerlandesa decidió aminorar la reducción de emisiones. De esta forma, se inclinó por una estrategia de transición energética equilibrada y ordenada desde combustibles fósiles a soluciones energéticas bajas en carbono para mantener un suministro seguro y asequible.
El mundo está de vuelta del ecologismo... y así se ha podido ver en algunos grandes fondos y bancos de inversión (BlackRock, Pimco, JP Morgan, entre otros), porque lo del medio ambiente está bien, pero antes hay que ser rentable. Es decir, debe primar la economía sobre la ecología... algo que también defiende ahora la UE
Todo ello dentro de un contexto donde el mundo está de vuelta del ecologismo... y así se ha podido ver en algunos grandes fondos y bancos de inversión (BlackRock, Pimco, JP Morgan, entre otros), porque lo del medio ambiente está bien, pero antes hay que ser rentable. Es decir, debe primar la economía sobre la ecología. Un cambio que parece que también se dará en la UE y que también defiende el sector energético español, si se quiere recuperar e impulsar la competitividad, tras los informes elaborados por Enrico Letta y Mario Draghi. Y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no se ha quedado al margen de todo esto porque no quiere que Teresa Ribera actúe como activista ecologista y menos en cuestión de energía... De hecho, la alemana ya ha empezado a limitar la influencia de la española en las decisiones futuras sobre cuestiones industriales, energéticas y climáticas, aunque aún no sabe si esta última será o no la vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva, así como responsable de Competencia, dentro del nuevo Ejecutivo comunitario que empezará a andar el próximo diciembre. De hecho, este martes, Ribera afronta su examen en Estrasburgo, pero el veredicto no se sabrá hasta la próxima semana... y justo el día 20 comparecerá en el Congreso de los Diputados para dar cuenta de su ‘gestión’ de la trágica DANA, que ha dejado, por ahora, 223 muertos y 23 desaparecidos.
Y por cierto, al hilo de Shell, cabe recordar que allí trabajó durante 26 años el neerlandés Maarten Wetselaar, quien el 1 de enero de 2022 aterrizó en España como nuevo CEO de Cepsa. Ya saben, una petrolera controlada por el fondo soberano de Abu Dabi -Mubadala- en un 61,5% y en un 38,5% por el fondo de inversión estadounidense The Carlyle Group, que recientemente ha pasado a llamarse Moeve para reflejar que será verde sí o sí.