Como saben, el Gobierno Sánchez quiere convertir en permanente el impuestazo energético, algo que dentro del sector ya ha provocado advertencias sobre inversiones (por ejemplo, desde Repsol y Cepsa). En medio de esta polémica, que esta semana tiene menos protagonismo que la anterior, Francisco Reynés ha pedido “políticas que incentiven la inversión” y den un marco estable, en la presentación del World Energy Outlook 2024, la publicación de referencia de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) sobre perspectivas mundiales en el sector.

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El presidente ejecutivo de Naturgy, y desde hace más de cuatro meses también presidente de turno del Club Español de la Energía (Enerclub), ha insistido en que dichos incentivos se deben centrar en cuatro pilares: agilidad administrativa, seguridad jurídica, estabilidad regulatoria y estabilidad fiscal. Todo esto lo considera clave para que se den inversiones en el sector energético, sin olvidar el famoso trilema energético: seguridad de suministro, descarbonización y asequibilidad. Asimismo, al igual que los informes de Enrico Letta y Mario Draghi, ha incidido en la importancia del precio de la energía para la competitividad de las empresas europeas... y de hecho, es una de las razones que ha llevado a Volkswagen a anunciar el cierre de tres plantas en Alemania, despidos y bajada de sueldos.

Reynés ha destacado que, por primera vez en el último año, las inversiones en tecnologías libres de emisiones han representado la mitad de los 2 trillones de euros destinados a la energía. De esta forma, se ha invertido la relación existente hasta ahora, que era de dos partes para tecnologías fósiles frente a una para tecnologías limpias.

Desde EDP, Yolanda Fernández, insiste en las inversiones, poniendo el foco en “la simplificación de procesos administrativos y marcos regulatorios y fiscales claros”, y sin olvidarse de las redes y de la aceptación social

Yolanda Fernández, directora de Stakeholders Management and Public Affairs de la energética portuguesa EDP (que tiene como primer accionista a la china CTG), también ha destacado el tema de las inversiones, poniendo el foco en “la simplificación de procesos administrativos y marcos regulatorios y fiscales claros”. Aspectos que ve “esenciales para atraer inversiones y acelerar el desarrollo de proyectos ahora que España tiene una oportunidad única para liderar la transición energética”, eso sí, no se ha olvidado de las redes, a la que considera “la columna vertebral del nuevo modelo”, ni tampoco de que “adquiere cada vez más importancia la aceptación social de los proyectos”.

Por su parte, Víctor Marcos, director general de Planificación y Coordinación Energética del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha aludido al “creciente rechazo social a las energías renovables”. Y para afrontarlo, apuesta por “generar cadena de valor y tejido industrial cercano”.

El informe sobre perspectivas energéticas mundiales de 2024, que se publicó hace casi dos semanas, apuntaba que las tensiones geopolíticas están dejando al descubierto las fragilidades del sistema energético mundial, lo que refuerza la necesidad de una expansión más rápida de la energía limpia. Laura Cozzi, directora de Sostenibilidad, Tecnología y Perspectivas de la AIE, ha empezado su intervención apuntando que las políticas energética, industrial, comercial y de competitividad están cada vez más interrelacionadas. Un escenario donde al desafío de la seguridad de suministro de los combustibles fósiles (por ejemplo, alrededor del 20% del suministro de petróleo y gas natural licuado -GNL- a nivel mundial circula a través del Estrecho de Ormuz) se suman nuevos riesgos relacionados con las cadenas de suministro y el acceso a los minerales críticos.

Cozzi apunta que al desafío de la seguridad de suministro de los combustibles fósiles (por ejemplo, alrededor del 20% del suministro de petróleo y GNL a nivel mundial circula a través del Estrecho de Ormuz) se suman nuevos riesgos relacionados con las cadenas de suministro y el acceso a los minerales críticos

Cozzi ha apuntado que la electricidad está creciendo más rápido que el conjunto de las fuentes energéticas en diferentes economías a medida que las palancas de crecimiento convencionales se complementan con otras nuevas como vehículos eléctricos, centros de datos y bombas de calor. En este escenario, la energía solar fotovoltaica y la eólica avanzan rápidamente y se convertirán en las mayores fuentes de electricidad antes de 2035, complementando otras fuentes limpias como la hidroeléctrica y la nuclear, y desplazando al carbón a niveles residuales. Y ojo, el aumento de la electrificación en China (en parte por los vehículos eléctricos) impactará en los mercados globales, frenando el crecimiento de la demanda de petróleo y reduciendo la generación de energía a partir de carbón.