Pedro Sánchez no deja de sorprender (y no para bien, precisamente) al regresar de la gira por China. Si en el inicio del curso político prometió “más transporte público y menos Lamborghinis”, ahora también quiere más uso de bici y la considera “una alternativa fantástica”. Entonces, ¿por qué no viaja en ella y no tanto en Falcon y en coche oficial?

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Irremediablemente, se recuerda la imagen de él mismo junto a Óscar Puente, cuando aún era alcalde de Valladolid, montando en bici... o la fuerte polémica que generó Teresa Ribera pedaleando ¡escoltada por dos coches de combustión! por la capital castellanoleonesa. Tampoco olviden que el neerlandés Frans Timmermans, el que fuera responsable del Pacto Verde europeo... y de la ruina que está conllevando (y que ahora la UE intenta enmendar apostando por economía antes que ecología), llegó a afirmar que “ir en bici mola”, aunque no se lo notaba su “larga experiencia” en dicho transporte.

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Este jueves, el ministro Puente ya avanzaba, cómo no en la red social X (antes Twitter), que “hoy va a ser un día especial” y con famosos hashtags (#MásTransportePúblico y #menoslamborghinis). Se ve que es un muy bien discípulo de Sánchez.

Junto a Puente, Sánchez ha presentado la campaña ‘Trasporte público, ¿lo pillas?’, sí, se llama así y no es ninguna broma. Por si esto no fuera ya bastante burla para los usuarios (en especial, los del tren) que sufren múltiples incidencias, Sánchez ha hablado de la “evidencia científica” de que el transporte público “es más rápido, más sostenible y se gana tiempo para leer, escuchar pódcast...”. Y entonces, ¿por qué no lo usa... y no tanto Falcon y coche oficial? Según el presidente del Gobierno, la próxima vez que haya una incidencia ferroviaria o un atasco o una avería que afecte al autobús o al metro, los viajeros deberán estar contentos porque habrán ganado “tiempo para leer, escuchar pódcast...”, aunque lleguen tarde a su puesto de trabajo (a riesgo incluso de perderlo) o a una cita médica o a una reunión importante. ¡Tremendo!

Claro que la cosa no acaba ahí porque Sánchez se ha puesto aún más poético al referir que “el transporte público une personas, barrios y territorios”. ¡Qué bonito! Es más, ha destacado que “me encanta esta campaña” y ha presumido de que han invertido unos 2.000 millones en el transporte público (algo que se nota poco) y de que han lanzado bonificaciones y el programa Verano Joven. Pero no sólo quiere que viajemos más en metro, ferrocarril, autobús... sino también en bici... (como quería Puente hace unos meses) y si es eléctrica (como la que usó Ribera), mucho mejor en su opinión, por lo que ha decidido destinar 40 millones de dinero público a impulsar el uso de la bicicleta eléctrica como medio de transporte cotidiano: 10 para implantar o ampliar sistemas de bicis públicas, otros 10 para mejorar las tarifas existentes, 5 a empresas para ciclologística y 15 a particulares para su compra. Por cierto, ¿le habrá pedido consejo al alcalde de Madrid, el pepero José Luis Martínez-Almeida, a pesar de los numerosos robos que sufre el servicio de Bicimad?

Por último, Sánchez ha pedido a los alcaldes que impulsen la bici y las zonas peatonales, y que “no se dejen llevar por el oscurantismo climático”. Eso sí, considera que en un futuro “evidentemente, habrá coches particulares, pero menos que ahora” y ha apostado también por usar más “carsharing, es decir, coche compartido. ¿Estará dispuesto a compartir el coche oficial, señor presidente,... o el Falcon? Ya sabemos que, por supuesto, que no.

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Y todo esto mientras pasa del caos ferroviario, al igual que hace Puente, que no para de presumir de que el tren vive el “mejor momento de su historia” en España una y otra vez, pese a las numerosas incidencias día sí y día también. ¡Olé y olé! Así vamos... mientras ya hasta personajes famosos se quejan de dicho caos, como el exfutbolista Julio Salinas. Además, como el ministro Puente suele culpar al PP de dicho caos, en X también le responden con la cruda realidad.