El Gobierno, Enagás, Iberdrola y Cepsa insisten en la ruina del hidrógeno verde y lo hacen rodeándose de monarcas incluso (el de España y el de Países Bajos). Sin embargo, por mucho gran anuncio y protocolo que haya, se debe tener en cuenta que hoy no es rentable y que requiere de muchísimas más renovables.
Al hilo de esto cabe recordar que la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, prefiere las tecnologías inmaduras a las tecnologías maduras. Entre estas últimas destaca el biometano, donde España tiene un elevado potencial que cubriría el 45% de la demanda de gas. Se trata de un gas renovable que ya es presente, puede sustituir completamente al gas natural, genera empleos, mejora nuestra balanza comercial y contribuye a la descarbonización, la seguridad de suministro y al reto demográfico. Sin embargo, a Ribera no le gusta tanto como el hidrógeno verde y esto es otra cosa que no se entiende, al igual que sucede con su ojeriza con las nucleares, pese a que estas generan electricidad sin emitir CO2, y además, queda patente su incoherencia cuando al mismo tiempo carga contra los que niegan el cambio climático.
Hace unos meses, José Bogas, CEO de Endesa, señaló que el hidrógeno verde “tiene un presente incierto y un futuro prometedor, pero hoy su coste es absolutamente inviable”, en la misma línea que Kadri Simson, comisaria europea de Energía, había apuntado. De hecho, como ha día de hpy no es rentable, Ribera apuesta por esta tecnología vía subvenciones públicas, algo que desde el Centro Nacional de Hidrógeno prefieren llamar incentivos, mientras desde la CNMC, su presidenta, Cani Fernández, ha reclamado una “racionalización de las inversiones”. Asimismo, Bogas refirió que tenía más sentido “producirlo al lado de donde se va a consumir”, algo por lo que también apuestan otras compañías (Repsol y BP, entre ellas).
Pero en el entretanto, el hidrógeno verde es muy promocionado tanto por Pedro Sánchez como por Teresa Ribera, e incluso aspiran a exportarlo a otros países europeos a través del futuro hidroducto H2Med, un gran proyecto por el que apuesta por ejemplo Enagás, y donde pueden surgir problemas porque Francia quiere incorporar el hidrógeno rosa (el producido con energía nuclear). La compañía transportista de gas y operadora del sistema gasista español ha entrado como accionista de Hanseatic Energy Hub, consorcio que pondrá en marcha una unidad flotante de almacenamiento de GNL y una planta de GNL que podrá operar también con amoniaco, y este miércoles, Arturo Gonzalo, CEO de Enagás, ha destacado que la presencia de España en Alemania supone “un papel que jugar en el conjunto del sistema gasista y energético en Europa” y “ser capaces de aprovechar las oportunidades que van a ayudar a materializar el corredor H2Med”, que “va a conducir ese excedente de la producción de hidrógeno verde de España a los mercados del corazón industrial de Europa”.
Sánchez y Ribera insisten en que España será un exportador de hidrógeno verde... y eso que las cuentas no salen todavía. Influyen muchas variables, pero la más importante es que su coste depende en gran medida del precio de la luz, y también hay que tener en cuenta el tamaño de los electrolizadores (aún está en fase de diseño el tema de hacer electrolizadores más grandes) y por supuesto se necesitan muchas más renovables. Es cierto que el hidrógeno verde tiene una gran versatilidad y se podría usar incluso para almacenar energía, y de hecho ya se utiliza en la industria y sería más barato si se produjera cerca del consumidor.
Pero en los últimos días se han conocido proyectos que van más por la línea de transportarlo. Ignacio S. Galán, presidente ejecutivo de Iberdrola, ha acompañado al Rey de Países Bajos en la visita a la planta de producción de hidrógeno verde de Puertollano y la eléctrica ha anunciado que desarrollará un corredor marítimo entre España y Países Bajos junto a ACE Terminal y Hynetwork Services.
Y este miércoles, Cepsa ha presentado su alianza con Yara Clean Ammonia para impulsar el impulsar la puesta en marcha del primer corredor marítimo de hidrógeno verde entre los puertos de Algeciras y Róterdam. Esta última compañía se ha incorporado como nuevo socio del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde, donde Cepsa tiene previsto construir una nueva planta de amoniaco verde en su Parque Energético de San Roque que será la mayor de Europa (con una capacidad de producción anual de 750.000 toneladas). Además, la petrolera ha firmado un acuerdo con la empresa holandesa Gasunie, que garantiza el acceso a su red de transporte de hidrógeno verde en los Países Bajos y conectará el Puerto de Róterdam con otros clústeres industriales europeos en Alemania, Países Bajos y Bélgica.