Enagás ha iniciado la rotación de activos con su salida de la chilena GNL Quintero, en línea con su plan estratégico y su Visión 2030. Y es que ha vendido su participación del 45,4% por unos 601 millones de euros, y logrará unas plusvalías contables brutas de 209 millones, según prevé la compañía transportista de gas y gestora del sistema gasista español.
Se trata de la primera gran operación de Arturo Gonzalo como consejero delegado, pero el mérito no ha sido suyo, porque la encargó su predecesor, Marcelino Oreja, a Rothschild y Credit Suisse, hace seis meses, y podría cerrarse en el segundo semestre. Y no la ha hecho en solitario: el fondo canadiense OMERS Infrastructure, también se ha desecho del 34,6% que tenía en la compañía propietaria de una planta de recepción, descarga, almacenamiento y regasificación de gas natural licuado (GNL) chilena y que es la primera del hemisferio sur.
Enagás no se va en solitario: también lo hace el fondo canadiense OMERS Infraestructure con su participación del 34,6% en la compañía chilena
Enagás entró en dicho activo en 2012, un año después de que Oreja diera el pistoletazo de salida a las actividades internacionales, y ha ido incrementando su participación. Es más, hubo un momento en que llegó a superar el 60%, y aunque luego bajó, se mantuvo como el socio mayoritario, por delante de OMERS y ENAP (la empresa estatal chilena de hidrocarburos, que actualmente posee el 20%). Ahora tanto Enagás como OMERS han decidido salir y han vendido sus participaciones a un consorcio formado por el fondo americano de infraestructuras EIG y el operador belga de sistemas de transmisión de gas natural Fluxys. Por cierto, este último no es un desconocido para Enagás, sino uno de sus socios con los que controla el 66% del operador griego de la red de transporte de gas Desfa.
Los analistas del Banco Sabadell han referido la noticia como esperada y positiva, pues GNL Quintero se valoraba en su conjunto en unos 1.000 millones. Asimismo, han señalado que dicha participación aportó un 3,3% del Ebitda de 2021, y que se registra contablemente en beneficios de sociedades participadas, los cuales tuvieron una aportación muy superior en 2021 en el beneficio neto de Enagás, al pasar del 26% de 2020 al 40%. Claro que la salida de GNL Quintero no implica el adiós a Chile, donde Enagás seguirá colaborando en su descarbonización con proyectos de gas renovable, por ejemplo el de ‘Hidrógeno Verde Bahía Quintero’, junto a Acciona y GNL Quintero.
Sánchez ha vendido mucho en Europa nuestras renovables, pero muy poco nuestra gran capacidad de regasificación, que podría ser clave para enviar más gas a sus vecinos europeos y ante el aumento del GNL que llega de EEUU. Eso sí, por ahora, no hay decisiones sobre el gasoducto MidCat (parado desde 2018)
Paralelamente, conviene recordar que tanto en su plan estratégico como en la Visión 2030, la compañía que preside Antonio Llardén recoge que busca no sólo la utilización del gas natural como soporte de descarbonización y electrificación, sino que los gases renovables (entre ellos, el biometano y el hidrógeno) sean un vector importante. Y en este contexto de crisis energética que vivimos por los altos precios y que se ha visto agravada por la invasión rusa a Ucrania, tras el último Consejo Europeo, Pedro Sánchez, ha empezado a avanzar algunas de las medidas económicas contra la guerra (entre ellas, una bonificación generalizada de 20 céntimos por litro en los carburantes.
Eso sí, aunque ha habido bastantes declaraciones de unos y otros sobre el gasoducto MidCat (uniría Francia y España por Cataluña y sería la tercera conexión gasista con el vecino galo tras las de Irún y Larrau), que lleva parado desde 2018 y podría estar operativa en cinco o seis años, pero no decisiones concretas, por ahora: Enagás está para obececer a los reguladores. Y es que Sánchez ha vendido mucho en Europa nuestras renovables (que suponen un 45%), anhelando llegar al 60% que tiene Portugal, pero muy poco nuestra gran capacidad de regasificación: somos el cuarto país del mundo con mayor número de plantas regasificadoras junto a Japón, Corea del Sur y Reino Unido, y tenemos seis de las 20 que aglutina el viejo continente, las cuales podrían jugar más papel ante el negociazo de mayor venta de GNL que ha acordado Joe Biden con la Unión Europea.