Endesa se mueve al tran-tran en el primer semestre debido, principalmente, al descenso de los precios mayoristas de luz y de gas natural, y entre enero y marzo tampoco fue de ayuda el famoso impuestazo energético español (este año le supondrá un pago de 202 millones de euros a liquidar en dos pagos -uno ya abonado en febrero y otro lo hará en septiembre-). Ante este contexto, continúa a la baja en ingresos y beneficio, mientras la deuda sube, pero ojo, porque a pesar de que en el primer trimestre la inversión ascendió un 5,6%, en el conjunto de los seis primeros meses ha descendido un 16%, lo que refleja “la orientación de examinar más selectivamente y con criterios de eficiencia dónde comprometer capital”, ha explicado la compañía.
La energética controlada en un 70% por la italiana Enel (participada en un 23,6% por el Estado italiano) y que dirige José Bogas continúa afectada por el contexto de descenso de los precios mayoristas. En concreto, un desplome del 56% en el caso de la luz, pasando de un promedio de 88 euros/megavatio-hora (MWh) en el primer semestre de 2023 a uno de 39 euros/MWh; y una caída del 34% en el del gas natural al situarse el índice TTF en un precio medio de 29,5 euros/MWh. Estos menores precios mayoristas se han notado especialmente en los ingresos, que han bajado un 20,6%, a 10.416 millones. Asimismo, estos menores precios han hecho que el entorno se haya vuelto aún más competitivo y que abunden las iniciativas comerciales para elevar la fidelidad de los clientes, aunque en el primer semestre no ha evitado que los clientes del mercado liberalizado de electricidad hayan disminuido un 2%, de 6,9 millones de clientes a 6,7 millones, y además, las ventas han descendido un 3%, de 38 a 37 teravatios-hora (TWh); eso sí, el 81% de la electricidad vendida ha sido a precio fijo con su producción propia libre de emisiones. El margen unitario eléctrico liberalizado se ha mantenido estable en 58 euros/MWh, aunque se prevé que el promedio anual será de 54 euros, ligeramente por encima del de 2023, pero hay cierta tranquilidad porque al tener vendida el 98% de la producción de este año, el 94% de la de 2025 y el 60% de la de 2026, Endesa está protegida ante la volatilidad del mercado. Y en el negocio del gas, la menor utilización de ciclos combinados y el descenso del consumo generalizado ha reducido un 20% el volumen vendido, hasta 36 TWh; aunque el margen se ha recuperado a unos 2 euros/MWh, cerca del promedio estimado para todo el ejercicio.
Los menores precios mayoristas se notan especialmente en los ingresos, que bajan un 20,6%, a 10.416 millones, y hacen aún más competitivo el entorno. A pesar de iniciativas comerciales para elevar la fidelidad de los clientes, los del mercado liberalizado de luz disminuyen un 2%, de 6,9 millones de clientes a 6,7 millones
Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) ha disminuido un 2,5%, a 2.413 millones, debido a la normalización de la generación térmica convencional compensada por el aumento en renovables, comercialización y redes, como ha explicado el director financiero, el italiano Marco Palermo, destacando que en el segundo trimestre ha mostrado estabilización, en línea con las expectativas. El resultado neto se ha reducido un 9%, a 800 millones, aunque su evolución ya se ha normalizado tras el primer trimestre afectado por el impuestazo. Y el resultado ordinario neto (el que se tiene en cuenta para el reparto del dividendo) ha bajado un 12%, a 772 millones, una evolución negativa mucho menor a la registrada entre enero y marzo, cuando se hundió a la mitad (-50,8%) por la caída del ebitda y el impacto del impuestazo.
El flujo de caja se ha recuperado en el segundo trimestre al sumar 1.025 millones, frente al trimestre anterior -el cual se vio afectado por un laudo de Catar-, alcanzando los 1.192 millones al cierre de junio. Sin embargo, el endeudamiento sigue sin traer alegrías: la deuda financiera neta ha aumentado en 399 millones (+3,8%), a 10.800 millones, y su coste ha crecido al 3,6% por la subida de los tipos de interés. Eso sí, al menos, la ratio de deuda sobre ebitda se ha mantenido casi estable: desde 2,8 veces al cierre de 2023 a 2,9 veces.
La deuda financiera neta aumenta en 399 millones (+3,8%), a 10.800 millones, y su coste crece al 3,6% influido por la subida de los tipos de interés
A pesar del descenso en ingresos, ebitda y resultado neto, Bogas ha señalado que los números “nos nos sitúan en la senda de conseguir los objetivos marcados para 2024. Nuestra estrategia integrada sustenta una gestión efectiva del contexto de volatilidad. Estamos además optimizando nuestra cartera de clientes para incrementar la lealtad de los que aportan más valor, al tiempo que identificamos que existe una oportunidad regulatoria única para apoyar los objetivos de transición energética en España”. Precisamente, la confirmación de previsiones anuales parece que ha convencido a los inversores, porque la cotización sube un 1,48% al mediodía, frente a un Ibex en ligero color verde (+0,04%) y que comenzó la sesión en rojo (-0,33%).
Bogas ha hablado de energía nuclear, que junto al fuerte incremento de generación hidroeléctrica y la mayor capacidad renovable, ha contribuido a que la producción peninsular libre de emisiones haya alcanzado el 90%, ocho puntos más que hace un año. Eso sí, no le gusta nada el aumento del 30% de la tasa Enresa (a 10,36 euros/MWh desde el pasado 1 de julio), porque no está alineada con el protocolo nuclear de 2019 (es decir, el calendario de cierres progresivos entre 2027 y 2035) y pone en riesgo la viabilidad económica de las plantas.
La confirmación de previsiones anuales parece que convence a los inversores, porque la cotización sube un 1,48%, frente a un Ibex en ligero color verde (+0,04%)
En cuanto a la oportunidad regulatoria para la transición, José Bogas ha insistido en que urge revisar regulación y retribución de inversión en redes de distribución de electricidad, como ya ha refirió hace unos meses en la Junta de Accionistas y en los resultados del primer trimestre, y coincide con Francisco Reynés, presidente y CEO de Naturgy, que un día antes ha vuelto a referir el cuello de botella al respecto y que habrá que ver que sale de la consulta previa lanzada por el Ministerio que lidera Teresa Ribera. Desde Endesa se recalca que la red “no está dimensionada para afrontar las necesidades de la demanda y por ello, entre 2020 y 2023, se han rechazado hasta 30 gigavatios (GW) de nueva potencia por falta de capacidad de red en toda España”, y que para impulsar la inversión en la misma debe elevarse la tasa de retribución financiera, como ha pasado en otros países europeos, a una horquilla de entre el 7,3% y el 8,7%. Además, Bogas ha pedido una regulación que apoye la inversión en nuevos grupos de generación térmica para Canarias, porque la flota actual está obsoleta.
Y respecto a operaciones corporativas, coincidiendo con la tendencia que se ve en el sector de vender el 49% de activos renovables, prevé cerrar próximamente la venta de una participación minoritaria en una cartera de proyectos solares en operación en España de 2.000 MW… y según fuentes del sector, el elegido podría ser la empresa estatal de energía renovable emiratí Masdar.
Al hilo del impuestazo energético, que ahora el Gobierno quiere convertir en permanente, el hecho de que en el Pleno del Congreso del pasado martes 23 no lograra sacar adelante el techo de gasto (primer paso para empezar a elaborar los Presupuestos Generales del Estado de 2025) da sólo algo de tregua temporal.