La energética italiana Enel, dueña del 70% de Endesa y participada en un 30% por el Estado italiano, ha dado a conocer su plan estratégico 2023-2025 en su Día del Inversor. Este plan contempla una inversiones de 37.000 millones de euros, así como una desinversiones de 21.000 millones, las cuales incluyen la cartera de gas en España (1,8 millones de clientes).
Conviene referir que el nuevo plan estratégico se conoce unas semanas después de los resultados de Enel durante los nueve primeros meses, los cuales no fueron buenos porque le pasaron factura las medidas de los gobiernos de Italia, España y Rumanía: en concreto le supusieron un impacto negativo de 8.000 millones. Su deuda financiera neta aumentó un 34,2%, a 69.736 millones; al tiempo que su beneficio neto se redujo un 29,8%, a 1.759 millones; pese a disparar ingresos un 84%, a 108.177 millones, por los mayores precios de la energía, y lograr mantener el beneficio bruto de explotación (Ebitda) ordinario, que fue de 12..671 millones (-0,8%), mientras el resultado neto de explotación (Ebit) bajó un 13,6%, a 5.521 millones. Por su parte, Endesa ha cerrado septiembre con un elevado apalancamiento, pese a crecer en ingresos y Ebitda,
De esos 37.000 millones de inversiones, una cuarta parte (8.640 millones), irán a parar a Endesa, de los que 4.300 millones se focalizarán en crecer en renovables en España y Portugal
El CEO de Enel y vicepresidente de Endesa, Francesco Starace, ha subrayado que la venta de la cartera de gas en España “no tiene nada que ver con el marco regulatorio” o con lo que va a hacer con la tarifa del gas, sino con “un concepto más amplio”. El directivo italiano ha explicado que la decisión se debe a que “la electrificación va a reemplazar al gas en el gasto de consumo” y dicha tendencia “se va a acelerar” por el choque enorme que el gas está creando en el mercado energético. Y no hay que olvidar que Enel quiere dejar el negocio del gas antes de 2040.
Un plan estratégico que no ha recibido una entusiasta acogida por parte del parqué -y por tanto de los inversores-: la cotización de Enel ha ascendido sólo un 0,49%, mientras la de Enel ha subido un 1,81%, muy en línea con el Ibex 35 (+1,67%). Dicho plan contempla unas desinversiones de 21.000 millones que no sólo suponen la venta de la cartera de gas en España, sino también de activos debido a la salida de Perú, Rumanía y Argentina. Y con estas desinversiones, Enel espera a reducir su elevada deuda a entre 51.000 y 52.000 millones, y centrarse principalmente en seis países (Italia, España, EEUU, Brasil, Chile y Colombia) sin descartar que podría hacer asociaciones en Australia y Grecia.
En paralelo, Enel prevé invertir 37.000 millones: el 50% en generación, el 10% en clientes y el 40% en redes. De esta cifra, 22.000 millones se destinarán a la estrategia comercial integral, destacando la apuesta por Italia, España y EEUU; y 15.000 millones irán a redes, de las que el 80% se concentrarán en Europa. De esos 37.000 millones, una cuarta parte (en concreto) 8.640 millones, irán a parar a Endesa, de los que 4.300 millones se focalizarán en crecer en renovables en España y Portugal. “Confiamos en el mercado regulatorio de España y Portugal, no va haber grandes cambios”, ha destacado Starace, a pesar de que desde otras muchas energéticas se ha aludido a la inseguridad jurídica, y ha añadido que “tiene todo el sentido invertir en renovables en estos dos mercados, habida cuenta además que tenemos una gran base de clientes y además queremos aislar ambos mercados del riesgo de las commodities gas y carbón. Vamos a acelerar esa tendencia, igual que en Italia, según vayamos teniendo autorizaciones”. Esos 8.640 millones superan los 7.500 millones de la estrategia 2022-2024.