Enel sigue los pasos de otras muchas compañías y se va de Rusia, pero lo hace a un precio quizá demasiado barato. Y es que ha llegado a un acuerdo para vender el total de su participación en Enel Russia (que era del 56,4%), lo que supone deshacerse de activos de generación de energía equivalentes a 5.600 megavatios (MW) de capacidad y 300 MW en desarrollo, por sólo 137 millones de euros.
La energética italiana, propiedad en un 30% del Estado italiano y dueña del 70% de Endesa, se lo ha vendido a la petrolera Lukoil y el fondo de inversión mutualizada Gazprombank-Frezia. Según ha destacado, esta transacción “está en línea con el objetivo estratégico del grupo de centrar sus actividades principalmente en países donde tenga una posición integrada en la cadena de valor que pueda lograr crecimiento y mejorar la creación de valor de las oportunidades que ofrece la transición energética”. La salida de Rusia tendrá un efecto positivo en la elevada posición de deuda neta, al reducirla en 550 millones, pero también supondrá un impacto negativo contable en el beneficio neto de 1.300 millones, debido a la liberación de una reserva de cambio de divisa de 1.100 millones.
Y parece que en este caso, el adiós a Rusia de Enel es definitivo, no como en el caso de Renault. El fabricante automovilístico francés decidió irse de Avtovaz (Lada), pero dejando abierta la opción de recompra durante seis años.