L’Energètica, la eléctrica pública de la Generalitat de Cataluña, insiste en el error que ya ha cometido Alemania y que Teresa Ribera también persigue, si nadie ni nada lo remedian... y eso que en la COP28 ha quedado claro que seguirá habiendo petróleo y gas en el mundo y que se triplicará la nuclear. Pero la Generalitat quiere cerrar las centrales nucleares catalanas... que generan la mitad de la luz de la región.
La CNMC acaba de dar el permiso para el lanzamiento comercial de L’Energètica. En la página web de esta última se destaca que será una herramienta para que Cataluña avance hacia la autosuficiencia energética y deje de depender de la energía de origen fósil de otros países, pasando “a consumir energía limpia de proximidad, proveniente de nuestros propios recursos naturales”. Claro que debe tener en cuenta el ligero detalle de que actualmente consume más luz de la que produce.
En su web, destaca que Cataluña tiene “la opción de prescindir de la energía que se obtiene de las centrales nucleares, que llevan asociado un gran riesgo”. Se ve que Pere Aragonès y su equipo de la Generalitat no se han pasado por la central de Ascó (que tiene dos reactores operativos) ni por la de Vandellós II (un reactor) para comprobar de primera mano que funcionan con un altísimo nivel de seguridad para generar el 55% de la electricidad catalana y cuentan con más de 1.900 empleos, a los que suman otros 1.200 en las paradas de recarga. Además, en los pueblos de los alrededores de la central de Ascó hay muchos ayuntamientos de ERC (el partido al que pertenece Aragonés) que respaldan la nuclear por el alto nivel de empleo y economía que genera en la zona. Y pese al calendario de cierre progresivo de reactores entre 2027 y 2035, los de Ascó, entre otros, pueden operar al menos durante otros 20 años... mientras en EEUU se están dando licencias para operar a 80 años.
Al mismo tiempo, la eléctrica pública de la Generalitat aspira a gestionar todas las centrales hidroeléctricas catalanas a medida que vayan terminando las concesiones. Esto afecta a Endesa, Iberdrola y Naturgy, entre otras 139 compañías. Conviene tener en cuenta que Cataluña tiene 229 centrales: tres concesiones caducan en los próximos diez años, otras 12 en un plazo de hasta 20 años y el resto... llegan hasta 2061. Parece que la propuesta de la Aragonés va mucho más despacio que las cosas de palacio.
L’Energètica también aspira al desarrollo de proyectos renovables (fotovoltaicos y eólicos), incluyendo autoconsumo, almacenamiento y nuevos modelos de gestión con los que poder intervenir en el precio de la luz y garantizar, al estilo postCovid de Pedro Sánchez, que “nadie se quede atrás”.