Vivimos tiempos calientes en lo que a los precios de la energía se refiere desde hace meses: empezaron a subir el pasado verano, ha aumentado la volatilidad, y hace unas semanas, la invasión rusa de Ucrania y el inicio de la guerra añadió más tensión. Y ojo, pierdan toda esperanza, pues Francisco Reynés, presidente y CEO de Naturgy, ha advertido que ni la luz ni el gas van a bajar durante un tiempo.
“Estamos en un periodo en el que la energía va a ser más cara de lo que era”, ha señalado en un desayuno informativo organizado por la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE). “Y ¿quién gana? Los productores, porque el resto de la cadena trabajamos con los mismos márgenes independientemente de cómo estén los precios”, ha afirmado. Y es que “el coste de las materias primas ha dado un vuelco” y aunque “la Unión Europea está intentando un mix energético que dependa menos de recursos naturales escasos y más de renovables, sustituirlos a corto plazo es muy difícil, por no decir imposible”, ha añadido.
Ribera señala que España “tiene el gran honor de ser el país en el que los beneficios declarados de las grandes eléctricas sean mayores en términos relativos que los del resto de las eléctricas en otros Estados miembros”
Estas palabras de Reynés coincidían temporalmente, en parte, con unas declaraciones de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, en TVE, quedando claro que se vive un máximo enfrentamiento entre esta y las eléctricas. La demagógica Ribera ha señalado que España “tiene el gran honor de ser el país en el que los beneficios declarados de las grandes eléctricas sean mayores en términos relativos que los del resto de las eléctricas en otros Estados miembros”. “Eso no es tolerable. En una situación excepcional como esta (...) es importante, y se lo venimos pidiendo desde hace más de un año, que moderen sus beneficios y participen de propuestas, tarifas y precios a la altura de las circunstancias”, ha apuntado, calificando la respuesta de las eléctricas como “un poco pobre” para justificar que el Gobierno “tiene que ejercer su responsabilidad” para moderar los precios de la luz.
Parece que la vicepresidenta ecológica olvida las diversas tarifas planas que han lanzado diversas eléctricas ante el encarecimiento de la energía y Naturgy fue la primera que anunció una especie de tarifa liberalizada a los clientes de la regulada ofreciendo un precio fijo de pool de 60 euros durante 24 meses y después lo pasó a 65 euros extendiéndolo a tres años. No parece una propuesta pobre... y es a costa de reducir beneficios. Tampoco se puede olvidar la reciente propuesta de Naturgy y Endesa de que cada energía se cobre en el ‘pool’ según su coste real, que ha cabreado a Iberdrola.
Reynés ha advertido que cuando se tocan los mercados puede afectar: a los derivados financieros y las coberturas, a la garantía de suministro y al propio funcionamiento de los mercados
La vicepresidenta ecológica sigue a lo suyo y sus palabras suponen la forma de responder a los “desafortunados” comentarios que hace unos días realizaron tanto el presidente y CEO de Iberdrola, Ignacio S. Galán, aludiendo a que España carece de “seguridad jurídica” y posee un elevado “riesgo regulatorio”, como el CEO de Endesa, José Bogas, quien señaló que no le gusta la propuesta de topar el precio del gas en 30 euros, la cual Bruselas ve excesiva, mientras continúa la incógnita sobre las compensaciones. Es más, Ribera ha criticado que las eléctricas quieran hacer “descarrilar” la propuesta hispano-portuguesa: “Es normal que pretendan que el precio sea lo más alto posible, pero eso dejaría sin efecto el acuerdo político y la voluntad de trabajar por el interés de los consumidores domésticos e industriales. Es un momento para que todos arrimemos el hombro y se reduzcan los beneficios durante un tiempo”, ha subrayado. ¡Vaya cara más dura, Ribera!
La vicepresidenta tercera olvida que el Gobierno interviene en el precio de la energía y se lleva jugosas cifras en impuestos... En vez de topar el precio del gas, puede pensar en cambiar el mercado marginalista y por ejemplo, tomar nota de la propuesta de que cada energía se cobre en el ‘pool’ según su coste real. Y en alusión al tope del gas, Reynés ha advertido que cuando se tocan los mercados puede afectar: a los derivados financieros y las coberturas, preguntándose cómo pueden vender a coste fijo algo que compran a coste variable; a la garantía de suministro, destacando que si esta se pone en cuestión, el precio se dispara; y al propio funcionamiento de los mercados. El presidente y CEO de Naturgy no ha hablado abiertamente de inseguridad jurídica, pero ha referido que las medidas de los distintos gobiernos añaden incertidumbre y reducen la previsibilidad del negocio.
Respecto a Argelia, insiste en que los precios no van a bajar, aunque subraya que son contratos a largo plazo con garantías hasta 2032 por un importe de unos 12.000 millones de euros, y que estos permiten precios inferiores a los precios ‘spot’ (los de mercado diario de las materias primas)
Respecto a Argelia, días después de referir que “podemos esperar que cumpla sus contratos”, aunque la revisión de precios no va a ser a la baja, Reynés ha insistido en que dicho país no va a bajar los precios. Eso sí, ha subrayado que son contratos a largo plazo con garantías (take or pay) hasta 2032 por un importe de unos 12.000 millones de euros, y que estos permiten precios inferiores a los precios ‘spot’ (los de mercado diario de las materias primas). Además, el gas que llega de Argelia por el gasoducto Medgaz, por tanto es mucho más barato que el gas natural licuado que llega en buques metaneros, Naturgy lo destina “a clientes residenciales e industriales”, mientras que el gas a precios ‘spot’ “lo usamos en las turbinas, que no funcionan todo el tiempo, sino cuando se necesitan” y precisamente por esta necesidad de estar disponibles y para ayuda en su mantenimiento, piden los famosos pagos por capacidad (también denominados por disponibilidad, y de los que Ribera debía 250 millones hace tres años). Y ojo, porque Reynés ha insistido en que no podemos prescindir del gas, y que con el cierre del carbón y de la nuclear (que se dará entre 2027 y 2035) y el aumento de la demanda por la electrificación, el papel de respaldo de las renovables que ejercen los ciclos combinados será aún mayor.
Eso sí, el presidente y CEO de Naturgy ha dejado claro que el gas no es el único culpable de la subida de la luz: también los derechos de emisiones de CO2, que con la obsesión por descarbonizar cada vez valen más. De hecho, para producir 1 megavatio (MW) de luz se necesitan 2 MW de gas en el mejor de los casos y esto explica que la luz valga el doble que dicho gas; y también hay que tener en cuenta que para producir 1 MW de gas se necesitan derechos para emisiones de 0,4 toneladas de CO2 (que han subido un 200% y con esto se forran los gobiernos). Además, el precio del gas como materia prima se ha desacoplado del petróleo (cuando antes tenía una paridad del 17%) en cada uno de los índices en los que cotiza en el mundo.