Engie sigue beneficiándose de los altos precios energéticos en los tres primeros meses del año. Y es que ha disparado ingresos (+85%), resultado bruto de explotación -Ebitda- (+49%) y resultado neto de explotación -Ebit- (+74%) en el primer trimestre. Eso sí, también ha crecido su deuda, hasta situarse en 40.000 millones de euros, superando la capitalización bursátil (unos 30.600 millones).
La energética francesa ha facturado 25.596 millones hasta marzo, algo más de la mitad de lo que ingresó en el conjunto de 2021 (57.866 millones). Por negocios, destaca suministro eléctrico, que ha aportado 5.206 millones (+72,3%) de facturación; soluciones de energía, con 3.184 millones (+27,6%); redes energéticas, con 2.970 millones (-3%); generación térmica -gas, carbón (al que dirá adios en 2027), bomba de almacenamiento y otros-, con 1,797 millones (+115%); y renovables, con 1.327 millones (+58%).
La energética francesa ha facturado 25.596 millones hasta marzo, algo más de la mitad de lo que ingresó en el conjunto de 2021 (57.866 millones)
Engie ha logrado un Ebitda de 4.600 millones, un 49% superior al de hace un año; y un Ebit de 3.500 millones, tras dispararse un 74%, por los mayores precios de la energía. En el Ebit, destacan las contribuciones de los negocios de redes (967 millones), nuclear (583 millones) -sus activos en Bélgica tuvieron una disponibilidad del 91%, algo menor por interrupciones planificadas, pero con un rendimiento impulsado por precios más altos, compensados con mayores impuestos específicos y menores volúmenes producidos- y generación térmica (531 millones). Eso sí, no ha señalado la evolución del beneficio neto en los tres primeros meses, algo que hacen otras muchas empresas en el primer y el tercer trimestre, y su deuda económica neta ha subido desde el cierre de 2021 en 1.700 millones, hasta 40.000 millones; y ha tenido un flujo de efectivo de las operaciones negativo (-0,1 millones), frente al positivo de 1.600 millones de hace un año. No obstante, Engie ha tenido premio bursátil a las cifras presentadas: su cotización sube más de un 2%. Y en esto, probablemente, también haya influido la confirmación de un pay out del 65-75%, con un dividendo base de 0,65 euros para el periodo 2021-2023, después de haber repartido un dividendo de 0,85 euros tras su aprobación en la Junta de Accionistas celebrada el pasado 21 abril.
Tras un “desempeño operativo muy sólido en condiciones de mercado excepcionales” en el primer trimestre, como ha señalado la energética francesa, se han actualizado los objetivos anuales. Ahora prevé obtener un resultado recurrente neto de entre 3.800 y 4.400 millones, superior al obtenido en 2021, cuando volvió a beneficios al ganar 3.667 millones. Asimismo, estima que el Ebitda se situará entre 11.700 y 12.700 millones, superando también el de 2021 (10.563 millones); y que el Ebit será de entre 7.000 y 8.000 millones.
Engie está participada por el Estado francés en un 23,6%, tiene más de 172.700 empleados y está preparada para garantizar la seguridad del suministro del gas: cuenta con una cartera de contratos a largo plazo con Noruega, Países Bajos, Rusia, Argelia y EEUU
Recuerden que esta energética francesa tiene su origen en la primera mitad del siglo XIX y en su historia más reciente, destaca el acuerdo de fusión entre Gaz de France y Suez en 2007, dando lugar a GDF Suez, un nombre que cambiaría en 2015 pasando a ser sólo Engie, dos años después de finalizar el acuerdo de accionistas con Suez Environnement. A esto se suma que a finales de 2020 vendió su 29,9% de Suez a Veolia y a finales de 2021, Equans (su filial de servicios técnicos) al grupo industrial Bouygues por 7.100 millones, y no se puede olvidar que Engie está participada por el Estado francés en un 23,6% y tiene más de 172.700 empleados.
La energética francesa que preside Jean-Pierre Clamadieu ha presumido de haber realizado “múltiples acciones de la cadena de valor del gas para garantizar la seguridad del suministro del gas” y de “posiciones de cobertura de gas europeo optimizadas para minimizar el riesgo en caso de interrupción del suministro”. De hecho, tiene una cartera de contratos a largo plazo con Noruega, Países Bajos, Rusia, Argelia y EEUU; y ha mantenido conversaciones con Gazprom respecto a la petición rusa de cambar el esquema de pago para el suministro de gas ruso. Por su parte, Catherine MacGregor, que es CEO de Engie desde el 1 de enero de 2021 cuando sustituyó a Isabelle Kocher, ha señalado que “la tensión actual en los mercados energéticos ha reforzado la relevancia de nuestra estrategia, en particular la fortaleza de nuestro modelo de negocio”. “La crisis actual también destaca la importancia de acelerar la transición energética en Europa y Engie se moviliza más que nunca para contribuir a la transformación del mix energético, a través del desarrollo tanto de energía renovable como de gases renovables”.
A mediados de marzo, el Gobierno belga anunció su decisión de revisar su política energética y solicitó a Engie que ampliara la vida útil operativa de los reactores Doel 4 y Tihange 3 hasta 2035. Algo que requeriría que Engie ampliara su papel como operador nuclear por un período mucho más largo de lo esperado
Respecto a la nuclear, conviene recordar que a mediados de marzo, el Gobierno belga anunció su decisión de revisar su política energética y solicitó a Engie que ampliara la vida útil operativa de los reactores Doel 4 y Tihange 3 hasta 2035. Algo que requeriría que Engie ampliara su papel como operador nuclear por un período mucho más largo de lo esperado y ahora está trabajando con el Gobierno belga en el estudio de la viabilidad y las condiciones de implementar dicho escenario. A corto plazo, sus prioridades son mantener una alta disponibilidad operativa, preparar el cierre definitivo de las dos primeras unidades este invierno y entrar en el proceso de revisión trienal de las disposiciones nucleares en el segundo semestre de 2022 considerando cualquier actualización requerida de escenarios técnicos y económicos (entre ellas, la petición del Gobierno belga).