Eni, como otras muchas compañías energéticas, se ha aprovechado del encarecimiento de varias energías (crudo, gas y luz). Y es que ha cuadruplicado beneficio neto y ha duplicado beneficio bruto e ingresos en el primer trimestre.
La petrolera italiana controlada por el Estado italiano ha tenido un buen comienzo del año, al igual que Repsol, TotalEnergies o Cepsa, entre otras. Y es que ha logrado un beneficio neto de 3.583 millones de euros en el primer trimestre, más de cuatro veces superior al de hace un año, y el beneficio operativo ajustado se ha tripicado, pasando de 1.321 millones a 5.191 millones. Su cotización lo celebra subiendo un 1,5% este viernes y acumulado una revalorización del 31% en el último año.
Los negocios que más facturación aportan son: la división de gas, con 13.410 millones, 4,6 veces más; y la de refino, comercialización y químicos, con 13.052 millones (+65%)
La facturación ha alcanzado los 32.494 millones, siendo más del doble que la de hace un año, gracias al aumento de los precios de la energía, porque la producción de hidrocarburos fue un 3% menor. La división de gas ha aportado 13.410 millones, 4,6 veces más; le sigue el negocio de refino, comercialización y químicos, con 13.052 millones (+65%); el segmento de exploración y producción (upstream), con 7.772 millones (+84%); y la división de suministro de electricidad a hogares y empresas (en este se incluye la comercializadora Aldro Energía que compró en España), con 6.219 millones, el doble que en el primer trimestre de 2021.
El encarecimiento de los precios de la energía también ha provocado que Eni haya tenido que afrontar que el coste de sus compras de crudo y de servicios externos se duplicara, llegando a 23.479 millones. Una situación bien distinta a la de los gastos de personal, que se han mantenido prácticamente estables en 793 millones. Claro que el flujo de caja de operaciones no se ha visto especialmente afectado por los mayores costes, porque ha aumentado un 125%, pasando de 1.376 millones a 3.098 millones.
Italia trabaja para reducir su dependencia del gas ruso buscando mejorar su producción nacional y suministradores alternativos (ya se ha convertido en gran socio estrategio de Argelia, por delante de España), y se prepara para abrir cuentas en Gazprombank JSC y poder pagar el gas en rublos
“Reaccionamos rápidamente a los desafíos actuales del mercado de la energía aprovechando nuestro segmento upstream y las asociaciones con países productores para encontrar oportunidades de suministro adicionales y alternativas para Europa”, ha señalado el consejero delegado de Eni, Claudi Descalzi. Hace poco más de un mes, cuando presentó los resultados de 2021, ya afirmó que podría suministrar más gas para ayudar a Italia a reducir su dependencia de Rusia (aporta el 45% de sus suministros anuales), ante las tensiones por la guerra en Ucrania: en concreto, más de 396.000 millones de metros cúbicos de recursos de gas adicionales gracias a sus operaciones en África. Todo ello coincidía con que Italia no sólo buscaba mejorar su producción nacional de gas, sino también importadores alternativos a Rusia, como Azerbaiyán, Catar y Argelia, y precisamente, se ha convertido en gran socio estratégico de este último, por delante de España, aprovechando que nuestro país se ha acercado de forma cobarde a Marruecos y ha enfadado a Argelia, que ahora amenaza con cortar el suministro si parte de su gas acaba en Marruecos.
Eso sí, como la dependencia del gas ruso de Italia aún es alta Eni se está preparando para abrir cuentas en rublos en Gazprombank JSC, como medida preventiva con el fin de cumplir con las exigencias de Rusia de que el gas se pague en moneda local (rublos), según Bloomberg, a pesar de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha advertido a las empresas que no cedan a las demandas de Rusia de pagar el gas en rublos, diciendo que ello violaría las sanciones. Recuerden que hace unos días, Polonia y Bulgaria han tenido que ver como Vladimir Putin les ha cerrado el grifo, pero no Alemania, que sigue comprando gas ruso para gran cabreo de la UE.