E.On no recupera el brillo, pues gana la mitad que hace un año, pese a disparar un 40% el resultado bruto de explotación (ebitda)… y ojo, porque la deuda neta crece un 13%, a 36.965 millones de euros. Por tanto, sigue debiendo más de lo que vale en bolsa (28.580 millones).

La energética alemana ha elevado las previsiones anuales, pese a que los resultados del primer semestre no han sido del todo buenos, y el mercado (por tanto, los inversores) parece que no se fía mucho porque la cotización ha bajado más de un 2,6% este miércoles al mediodía, aunque después se ha suavizado al 1,75%. La compañía ha ganado 1.088 millones de euros entre enero y junio, la mitad que hace un año (en concreto, un 52% menos), pues el beneficio neto bajó en segundo trimestre (-18,9%) tras perder 72 millones en el primero. Una fuerte reducción del beneficio neto, a pesar de que el ebitda se ha disparado un 40%, a 5.669 millones. Por su parte, los ingresos han descendido un 1%, a 53.250 millones, pese al aumento en el negocio de la venta de electricidad a clientes (+3%) y en el de redes energéticas (+28%).

El consejero delegado de E.On, Leonhard Birnbaum, ha señalado que, después de un largo período de crisis, los obstáculos para su negocio “están disminuyendo” y que “estamos en un entorno que nos presenta mucho trabajo, pero también ofrece un enorme potencial de crecimiento”.