Las pérdidas contrastan con los 1.119 millones de euros que ganó en el mismo periodo de 2022. La clave fue el cargo extraordinario de 2.670 millones de euros por el deterioro de valor de Vonage, empresa de servicios en la nube que compró Ericsson en noviembre de 2021 por 5.495 millones de euros.
Lo realmente preocupante, sin embargo, no fue este cargo extraordinario sino el deterioro del negocio de las telecomunicaciones en América del Norte por el frenazo de las empresas a sus inversiones en 5G. Así, la facturación en el mercado norteamericano se desplomó un 60% aunque a nivel global aumentaron un 3,2%, hasta los 16.575 millones de euros.
El consejero delegado de la compañía, Borje Ekholm, no es muy optimista y estima que el cuarto trimestre no será muy distinto al tercero. “Estamos abordando estos desafíos centrándonos en elementos que están bajo nuestro control, a saber, la gestión de costes y la eficiencia operativa”, afirmó este martes.
Precisamente, los costes aumentaron un 9,8%, hasta los 10.255 millones de euros, tras el plan de ahorro iniciado a principios de año y que supuso la salida de 8.500 empleados, el 8% de la plantilla. “Hemos demostrado que la reducción de costes es algo que se nos da bien”, señaló el director financiero a la agencia Reuters. “Si el mercado y nuestros resultados financieros lo requieren, podemos hacer más”, sentenció.
La cotización de Ericsson cae más de un 6% este martes y ya ha reducido su valor bursátil más de un 18% desde enero.